José Fernández
Periodista
No es difícil imaginar el entusiasmo con el que los militantes y simpatizantes de Izquierda Unida en la provincia de Almería van a afrontar la inminente campaña electoral, sabiendo que todo su esfuerzo, todo su trabajo y todo su empeño en convencer a la gente y conseguir votos se lo va a llevar -nada más y nada menos- que don Julio Rodríguez, el candidato puesto a dedo por los nuevos amos de Podemos.
'El Jueves' tira de humor |
Supongo indescriptible la emoción reinante en las bases y en las sedes de IU por cuadrarse ante quien, por cierto, poco tiempo atrás era el Jefe del Estado Mayor de la Defensa del Reino de España. Dedazo, escalafón y paracaidismo. Tres por el precio de uno. Enhorabuena, amigos. Sumando para ganar,
Izquierda Unida ha destapado el botellín del acuerdo con Podemos sin sospechar algo que, como la espuma, se veía venir por el gollete: la rendición incondicional de esta coalición de izquierdas que ahora, desde el sumidero del éxito, contempla estupefacta las descacharrantes salvas de ordenanza que los antaño antisistema miembros de Podemos lanzan en las redes sociales en honor de quien, hasta hace unos meses, era el militar con más alta graduación en España después de Su Majestad el Rey.
“Como la absenta”, pensarán los poetas de guardia. “Si mi cuenta de twitter valiera tu pistola de general”, etcétera. Desde la melancolía de las marchas a Rota y las manifas con misiles otánicos preñados de calaveras, los progres más pluscuamperfectos asumen con bizarría el dictado del Amado Líder de la Coleta y tragan con el Héroe del Alakrana, como en su día tragaron con un candidato gandul y desinformado, que sólo supo servirse de los votos de los almerienses.
Toda una vida gritando “Otan no y bases fuera”, para convertirse en la escuadra de gastadores de este viejo mando de la Alianza Atlántica, que viene a Almería a pasar revista porque en Podemos consideran que aquí tienen ya el escaño seguro. Pero la pala con la que se cava una trinchera es la misma con la que se cava una fosa. De ustedes depende la dimensión de la metáfora.