Emilio
Ruiz
Los
afiliados y simpatizantes almerienses de IU vivían en los últimos tiempos en
una profunda depresión tras los pobres resultados de las últimas elecciones
generales y, principalmente, tras los resultados de las últimas elecciones
autonómicas. La labor de Rosalía Martín como diputada por Almería en el
Parlamento de Andalucía no merecía, a juicio de las bases y de los dirigentes
de la coalición, más que la mejor calificación, y lo menos que podían esperar era
que los electores les pagaran de esa forma. Ellos, los simpatizantes y
afiliados, sabían que la sequía electoral no era más que la consecuencia del “Efecto
Podemos”, que estaba devastando los territorios de IU, no solo en Almería y en
Andalucía, sino en toda España.
Julio Rodríguez |
Tras
ese periodo de depresión, la ilusión retornó a las huestes de IU en Almería
cuando se supo que Alberto Garzón estaba a punto de cerrar el acuerdo de
confluencia con Pablo Iglesias. Hacia mucho tiempo que los dirigentes
almerienses de IU no desplegaban tanta actividad como en ésta en que había que
ratificar el principio de acuerdo suscrito entre ambos. Por primera vez en la
etapa democrática IU Almería comenzó a albergar la esperanza de ver a uno de
los suyos sentado en un escaño en el
palacio de la Carrera de San Jerónimo, sobre todo una vez que se supo que David
Bravo renunciaba a encabezar de nuevo la candidatura de Podemos por Almería.
La confirmación,
ayer, de la designación del exjefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad) José
Julio Rodríguez como cabeza de candidatura por Almería de la confluencia
Podemos-IU ha sido un tremendo guantazo a las ilusiones de las bases
almerienses de las dos formaciones. Para las de Podemos, porque, tras el
agravio del 20-D, creían que la humillación a la que fueron sometidos colocándoles
al abogado sevillano, esta vez no se iba a repetir. Y para las de IU, por lo ya
apuntado: la fuerte estructura provincial de IU aventuraba la esperanza de ver
cómo salía de su formación al cabeza de lista por Almería.
Alguien
dijo alguna vez que la política es el arte de lo imposible. En política, lo que
una vez se hace mal, a la siguiente vez se puede hacer aún peor. Si la nominación
de David Bravo fue un despropósito, ¿cómo
hay que calificar la nominación del exgeneral? ¿Cómo una desconsideración? ¿Una
humillación?
En
la dirección nacional de Podemos –y no digamos en la provincial- siempre se ha
criticado la presencia de candidatos paracaidistas. Rafael Hernando, el
diputado almeriense del PP, natural de Ciudad Real, ha sido vilipendiado hasta
la extenuación en las redes sociales por los simpatizantes izquierdistas. Tras
la imposición de David Bravo, las críticas diezmaron, y, en una operación de
travestismo político, el secretario general de Podemos en la provincia, Antonio
Heras, llegó incluso a afirmar que muy difícilmente Almería podrá tener un
diputado tan valioso como el abogado sevillano. Con la nominación del Rodríguez,
¿cuál será el disfraz que se va a colocar Antonio Heras?
“Con
Julio Rodríguez Almería volverá a estar bien representada en las urnas”, dice,
no sé si sarcásticamente, Íñigo Errejón. Habrá que ver la cara que se les pone
a algunos militantes almerienses de IU –y también de Podemos- cuando se vean
obligados a hacer campaña en favor de quien se considera un defensor a ultranza
de la OTAN y de la implantación en Andalucía de bases norteamericanas. Cosas
veredes, amigo Sancho…