Adolfo Pérez López
Exalcalde de Garrucha
Me
dirijo a usted para decirle que me parece una buena idea que el Ayuntamiento de
Garrucha haya acordado honrar la memoria de don Manuel Berruezo Ayora por su
mérito de haber sido el primer alcalde de este municipio. Según
creo, la distinción consiste en otorgarle al señor Berruezo el nombramiento de
hijo adoptivo de Garrucha a título póstumo y ponerle su nombre al Centro
Cultural Municipal.
María López |
Es
razonable que el homenaje público que se dedica a alguien debe contar con el
mayor consenso posible, sin que el mismo suponga, claro es, el atropello a
terceros. Y eso es lo que sucede con la decisión de colocar al Centro
Cultural el nombre del alcalde ahora obsequiado. Decisión que considero injusta
y me agravia. Y como resulta que una radio comarcal se ha
hecho eco del asunto son muchas las personas que me muestran su desacuerdo, a
la vez que me testimonian su apoyo, incluso su indignación.
Habrá que convenir,
pues, que si una iniciativa de este tipo produce rechazo en un sector de la
población debe dar lugar a una reflexión. Y es que se trata de un acuerdo por
el que cualquier persona avisada se da cuenta enseguida del agravio con el que,
sin merecerlo, me ‘obsequia’ mi propio Ayuntamiento.
Usted
conoce perfectamente la trayectoria del Centro Cultural, cuya edificación y
puesta en funcionamiento corresponden íntegramente a mi gestión al frente de la
alcaldía de Garrucha, razón por la que ponerle ahora el nombre de otro alcalde
en presencia del alcalde que tiene el mérito de haberlo hecho realidad resulta
un sarcasmo.
Sepa que no pretendo abogar por mi nombre, cosa que por pudor
antes no lo he intentado, cosa que tal vez hubiera logrado. Creo que
iniciativas de esa naturaleza deben partir de forma espontánea por otras
personas. Estoy
seguro de que a la mayoría de nuestros vecinos les parecerá bien el homenaje al
primer alcalde de Garrucha, pero donde parece que esa mayoría flaquea es en lo
referente al Centro Cultural, lo que hace que se empañe la distinción al señor
Berruezo y pueda dar lugar a que sus descendientes se sientan incómodos.
Teniendo
en cuenta lo que deber ser la acción de gobierno, entiendo que es un error
haber adoptado esa decisión, ya que no había necesidad de hacerlo así, salvo
otras intenciones. Lo lógico y lo correcto hubiera sido ponerle el nombre del
señor Berruezo a una buena calle de la parte antigua de Garrucha, cosa que se
hubiera visto bien, además de coincidir, según me cuentan, con los deseos de
sus descendientes. Tal proceder hace que me pregunte si hubieran actuado lo
mismo de haber sido yo un alcalde allegado a ustedes o a su partido.
Por
último, decirle que me siento obligado a manifestarle lo que antecede porque no
quiero que mi silencio se interprete como aprobación a lo hecho o que me dé
igual el nombre que se le ponga al Centro Cultural, pues bien sabe que todas
las cosas de Garrucha me interesan. Atentamente.