El disputado voto de Almería

Emilio Ruiz

Ayer estuvieron en Almería Pablo Iglesias y Pablo Echenique para apoyar la candidatura del exJEMAD Julio Rodríguez el Congreso de los Diputados. No se va a prodigar mucho el secretario general de Podemos en actos electorales: tan solo ocho mítines. El resto del tiempo lo dedica a comparecencias televisivas, que considera mucho más eficaces. Anteayer quienes nos visitaron fueron los presidentes nacional y regional del Partido Popular, Mariano Rajoy y Juanma Moreno. También, el coordinador de IU Andalucía, Antonio Maíllo, y la presidenta del PSOE, Micaela Navarro.

Antonio Hernando 

Quien prácticamente no se ha ido de Almería ha sido el secretario de política autonómica y portavoz del Partido Socialista en el Congreso de los Diputados, Antonio Hernando. Me cuentan los profesionales del chisme –en realidad, todos los que nos dedicamos a este oficio no somos más que eso, unos chismosos- que esta permanente estancia entre nosotros del hombre de máxima confianza de Pedro Sánchez se debe a cuestiones ajenas a la política. Va a ser papá de un niño o una niña almeriense, roquetera. O roquetero. La futura mamá, Anabel Mateos, se encuentra radiante de felicidad, y además, que es lo más importante, el embarazo lo lleva muy bien. Enhorabuena a ambos y que la criatura salga sana, lista y guapa. Como los papás, vamos.

¿Por qué esta inusitada presencia de líderes políticos en nuestra provincia? El CIS ha tocado a rebato. El 20-D el PP y el PSOE obtuvieron dos diputados cada uno, y Podemos y Ciudadanos, uno cada uno. Según el CIS, uno de esos diputados, el segundo del PSOE, puede ir a parar al PP. Otros sondeos apuntan a que puede ir a manos de Unidos Podemos. Pues a movilizarse tocan, dicen. El CIS es el más prestigioso de cuantos sondeos se publican, pero eso no quiere decir que de vez en cuando no ofrezca patinazos. Por lo que respecta a Almería, creo que éste es uno, de igual modo que patinó en el barómetro previo al 20-D.

En el sondeo previo a aquellas elecciones el CIS pronosticó un vuelco electoral en la provincia. Concedía 3-2 diputados al PSOE, 2-3 al PP y 1 a Ciudadanos. La realidad fue otra. El PP obtuvo 28.000 votos más que el PSOE. ¿Qué tendría que pasar el 26-J para que el PP arrebatara un escaño al PSOE? Algo casi imposible: si se conservaran los 89.022 votos que el PSOE tiene, el PP tendría que añadir 16.000 a los 117.000 que ahora tiene. Por lo que respecta a Unidos Podemos, la consecución de un segundo escaño es más que difícil, casi imposible. A lo más que puede aspirar la coalición de izquierdas es a desplazar a Ciudadanos del tercer lugar en número de votos.