El general Rodríguez no tiene quien le escriba en Almería

Juan Torrijos
Periodista

Los votantes de Almería le han dicho a Pablo Iglesias que cuidado con los cuneros, que ya está bien de tomar el pelo a los ciudadanos. Las colas del Cervantes para ver a los chicos de la tele se han quedado en eso, en colas y en expectativas. Podemos repite resultados en la provincia, pero los diez mil votos de Izquierda Unida se quedan en casa, y con el aumento de votos conseguidos por el PP, el general no va a tener pluma que escriba sus épicas victorias políticas en nuestra provincia. ¡Una pena, mi general! Con lo que íbamos a disfrutar.

Julio Rodríguez, con Lucía Ayala

No consiguió escaño en Zaragoza, Almería parecía el puerto seguro por donde lograrlo, pero el barco ha hecho aguas y se ha vuelto a hundir. ¿Prepotencia, chulería de Pablo? Un poco de cada cosa y Julio Rodríguez se marcha de Almería con la rabia de una derrota. Estaba claro que la imposición del candidato era un error, que el pacto con el joven Garzón no iba a ser recibido con alharacas en Almería y que muchos de los votos de IU, diez mil en diciembre, se podían quedar en casa, como así fue. Por muchos paños calientes que le quieran poner los jefes de Podemos en Madrid, lo cierto es que en nuestra provincia el candidato ha salido por piernas.

Almería no va a salir beneficiada con su presencia, don Julio, en los grandes medios. Eso no convencía a nadie, y usted lo sabía. Los líderes de IU lo dijeron alto y claro. Lo hizo Rosalía Martín con contundencia, lo ha comentado Rafael Esteban a todo el que ha querido escucharlo, lo hemos escrito en los medios, pero el asaltador de cielos se creía uncido y que la única verdad era la suya. ¡Pal pelo!

El palo de Almería ha sido de los que duelen, se lo han dado en las espaldas de un candidato que según el propio Iglesias tenía ministerio seguro de conseguir el gobierno. ¿Qué hará don Julio ahora? ¿Esperar otros cuatro años más? ¿No cree, don Julio, que si Pablo Iglesias lo quería de verdad a su lado lo podría haber colocado en un puesto de salida en Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao o Sevilla?

No, lo mandó a Almería a luchar contra los elementos, y estos elementos eran unos militantes y votantes de Izquierda Unida a los que ni siquiera se les consulto el candidato a encabezar la candidatura. Y la asonada llevó el barco a pique. Lo siento, mi general, pero no va a tener quien escriba sus batallas en Almería.