Emilio Ruiz
La campaña electoral ya ha pasado. Las elecciones, también. El momento es propicio para que el Partido Socialista destierre de una vez por todas la ceremonia de la confusión en la que, en determinados temas, se halla instalado. El lunes se reunió la Comisión Ejecutiva Federal y, a su término, Antonio Hernando fue contundente: "No vamos a apoyar la investidura de Rajoy ni nos vamos a abstener", dijo. Sorprende tanta precisión cuando, a renglón seguido, es el propio Hernando quien informa de que la dirección del PSOE ha decidido convocar un comité federal para el próximo 9 de julio precisamente para determinar la posición del partido al respecto. Por un criterio de prudencia, ¿no era más adecuado que el portavoz parlamentario socialista se reservara esa afirmación hasta ver lo que dice el Comité Federal?
Antonio Hernando, de campaña en Almería |
Esta postura –que es compartida por César Luena, y suponemos que por Pedro Sánchez- choca con otras más abiertas de otros dirigentes socialistas. El presidente de Extremadura, Guillermo Fernández-Vara, se ha manifestado de forma diametralmente opuesta: "Nada me apetece menos que ayudar a quien tanto daño ha hecho a este país, pero creo que más daño haría no tener Gobierno", ha declarado a Onda Cero. Y la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, también navegó entre dos aguas, en la SER, en el programa de Pepa Bueno. “Ni Rajoy ni Iglesias pueden soñar con el voto de los socialistas”, dijo con calculada ambigüedad. No es lo mismo soñar con el voto que soñar con la abstención.
El PSOE tiene establecido que su política de pactos la marca al Comité Federal. La opinión particular de cada uno de los miembros de este órgano carece de gran importancia para la opinión pública. A quien puede interesar es a quienes tienen que participar en la toma de la decisión. Hacer partícipe a la sociedad en general de posturas distintas, cuando no encontradas, lo único que hace es añadir más confusión a la confusión. No está la situación política de España, en estos momentos, para esas diatribas. Susana Díaz lo ha dicho claro: “Sería una irresponsabilidad histórica la celebración de otras elecciones”. Para evitar caer en esa irresponsabilidad el PSOE tiene que manifestarse de forma precisa, muy bien justificada y, si es que pueden, de forma unívoca. Ante la duda o el exceso de discrepancia, la receta ya se conoce: consultar a la militancia.