Emilio Ruiz
Quienes somos habituales seguidores de las campañas electorales nunca habíamos visto este derroche de patriotismo. Lo anormal no era lo de antes, es lo de ahora. El patriotismo es el sentimiento que tiene una persona por su tierra y su gente, a los que se siente ligados por ciertos valores. Nunca habíamos sentido la necesidad de exigir a nuestros representantes una manifestación de patriotismo, porque lo dábamos por hecho. Todo el mundo es patriota excepto que manifieste y practique lo contrario. El que alardea excesiva e inoportunamente de amor a la patria no es un patriota. Es un patriotero, un chovinista.
Pablo Iglesias y Julio Rodríguez |
Sería un temerario si dijera que el candidato de Podemos Julio Rodríguez es un patriotero y no un patriota. Pero reconozco que algunas de sus manifestaciones y actitudes me producen inquietud. El general alardea tanto de patriotismo que se pone pesado. El miércoles lo hizo de nuevo en el teatro Cervantes al menos en tres ocasiones: una, para recordarnos -¿de verdad, era necesario?- que "el patriotismo no se reclama, se hace todos los días"; otra, para decirnos que “tanto juegan –imagino a quiénes se refería- con el miedo que no hablan de los dos grandes problemas, el desempleo y la corrupción, y se hacen llamar patriotas", y otra, para que sintamos que “los pequeños empresarios, esos sí que son patriotas”. Pues, general, ni más ni menos patriotas que los fontaneros, los médicos, los lampistas, los artesanos, los…
Con anterioridad al acto del Cervantes el despliegue de modelos de patriotismo de Julio Rodríguez –que “es valiente y patriota, pero no por lo que fue, sino por otra cosa”, a criterio de Pablo Iglesias- ha sido inmenso. “Para patriotas, los de Podemos", dijo una vez. “Me siento un patriota en el sentido más profundo del término", dijo otra. “Patriota es rescatar a la gente y no a los bancos", aclaró una tercera vez. “Como patriota que me siento, creo que puedo contribuir de alguna manera con las ideas de Podemos, que son las que desde mi punto de vista aportan democracia real”, dijo una cuarta. Y no para ahí la cosa.
El alarde de patriotismo del general es ciertamente exagerado. Mas no creo que lo haga para cubrir carencias, propias o ajenas. ¿O sí lo creo? Para disipar dudas, me gustaría que el candidato nos dijera que no comparte el criterio de los que consideran que el cariño por la patria es compatible con quienes van ofreciendo por comunidades y territorios la posibilidad de separarse de este lugar común de convivencia que con tanto sacrificio han construido nuestros antecesores.