Perforando la Alcazaba

Laura
Rodríguez-Carretero

He observado con sorpresa cómo cuatro operarios sin control ni dirección tuvieron la ocurrencia de hacer varios boquetes en la muralla de la Alcazaba para fijar un andamio. He visto con asombro las reacciones del Ayuntamiento, “a cara de perro” con la Junta. Sin quitar la responsabilidad que pudiera tener la Junta por ser la “incompetente” de la conservación del monumento, no quiero que el Ayuntamiento se escude en ello para tener una pasividad que sobrepasa el “cero absoluto”.

Perforando la Alcazaba

Mi asombro viene porque hace unos días acudí al Ayuntamiento a solicitar la colocación de un toldo en el colegio de mis hijos (soy la presidenta de la asociación de padres). El toldo era temporal y pretendía cubrir de sombras un pequeño trozo de patio. La funcionaria que me atendió me indicó que para colocar un toldo, necesitaba proyecto de la instalación, con planos, presupuesto, solicitar licencia de obra menor y, obviamente, que se me autorizase, así como permiso de la concejalía de la que depende la conservación de los colegios.

Así que cuando he visto que habían destrozado la muralla de la Alcazaba para apuntalar un andamio, me he preguntado: ¿A estos señores no se les pidió nada? ¿Dónde están los planos? ¿Dónde el director de obra? ¿Dónde los permisos y licencias? ¿Dónde el control del Ayuntamiento?

Me he quedado “ojiplática” comprobando cómo a un simple ciudadano, para poner un toldo en el patio de un colegio, se le aprieta con permisos licencias, pagos… y para poner un escenario o andamio en un Monumento Histórico se mandan cuatro operarios y se les deja hacer y deshacer sin control municipal o de la Junta.

Mi toldo aun no está puesto, pero la muralla está rota y nadie hace nada más allá de pelearse en un “Pressing Catch“ en el que parece que la Junta y el Ayuntamiento luchan por lo mejor para los ciudadanos, que el PP y el PSOE “se matan” por el interés general, que la delegada de la Junta y el alcalde discuten por como hacer las cosas…; aunque, para mí, todo es cuento y teatro, en lo principal, “el tres per cent” (metáfora), están de acuerdo.