Marta Rodríguez
Periodista
La Alcazaba es el testimonio de nuestra historia como pueblo, es el primer monumento que se levantó, ha vivido toda la historia de Almería y, por tanto, representa su identidad. La explicación del crecimiento de la propia ciudad musulmana y el desarrollo después del casco histórico no se entienden sin ella. El escritor José Ángel Valente rechazó en su día a la clase dirigente de Almería por su concepto de cultura y el tratamiento que hacía de su patrimonio. “Hay textos increíbles sobre esta cuestión”, sostiene el vicepresidente de la Asociación Amigos de la Alcazaba, Francisco Verdegay. “Esa perversión del patrimonio se demuestra cada vez que se habla de cifras de visitantes, todo se enmascara tras ellas, pero si éstas son buenas es por el atractivo que tiene el monumento, por nada más”, asegura.
Preocupación por su estado |
Ahora, Amigos de la Alcazaba ha tenido acceso a un informe fechado en mayo de 2014 en el que los ocho miembros de la Comisión Técnica del conjunto alertaron de forma unánime de la “drámatica y lamentable situación en la que se encontraba ya entonces el Bien de Interés Cultural (BIC)”. En el documento -que el colectivo ha conseguido después de innumerables trabas-, el grupo de expertos constató “el preocupante deterioro de las murallas y muchos de los espacios integrantes” de la fortaleza que “son determinantes para garantizar la seguridad de las personas, tanto de los visitantes como del propio personal del conjunto”. De hecho, en mayo de 2015 la fortaleza cerró seis días por la caída de bloques del lienzo sur de la muralla.
En 2014, la Comisión Técnica transmitió asimismo “la necesidad de que se liberase urgentemente la financiación para acometer no sólo los proyectos más urgentes previstos en el Plan Director”, redactado en 2009 por Pedro Salmerón y completamente paralizado, “sino además de los deterioros que se habían visto agravados desde entonces”. En el informe, los doctores, restauradores y arquitectos (entre los que figura la antigua directora general del Patronato de la Alhambra y Generalife, María del Mar Villafranca) lamentaron en especial el estado de la instalación eléctrica.
Dos años después de su emisión, por fin los Presupuestos de la Consejería de Cultura de 2016 contemplan 711.324 euros para su reforma y la iluminación interior de la Alcazaba. Coste que finalmente asumirá la empresa Sevillana Endesa de forma que esa cantidad se destinará, según la Junta, a una “intervención integral” para solucionar “problemas internos de agua” y promover un estudio sobre las “humedades” de la muralla.
Por otra parte, desde la Comisión Técnica se advirtió de la progresiva disminución de la inversión de la Consejería de Cultura “en programas de investigación, jardines, espacios y servicios culturales en una institución que ya carecía de una relación de puestos de trabajo adecuada para sus necesidades”. Esto, a juicio de los especialistas, “dejaba en precario el servicio de vigilancia, de atención al público y de limpieza y jardinería”; labores que ellos consideraban “fundamentales para que un espacio de este calibre se mantenga abierto al público”.
“Todo ello afecta de una manera muy negativa a la imagen de este conjunto”. El documento no se olvida del controvertido proyecto del Mesón Gitano, entonces sólo un plan con el que los especialistas manifestaron estar en “total desacuerdo” e instaron a las autoridades pertinentes a reunirse con el Ayuntamiento a objeto de que éste “no agrediese y preservase el entorno”. “No sólo no se tuvo en cuenta, sino que se ocultó que los técnicos se habían pronunciado”, denuncia Verdegay. Del informe, que se emitió a la espera de una “pronta respuesta”, nunca más se supo.