Unidos por una piscina

Emilio Ruiz

Las últimas elecciones locales en Adra no otorgaron mayoría absoluta a ninguna formación política. El PP obtuvo 9 concejales mientras la oposición juntaba 12: 8, el PSOE; 3, Plataforma Abderitana, y 1, Ciudadanos. En el pleno de elección de alcalde no se formalizó ningún acuerdo y cada grupo votó a su cabeza de candidatura. Salió elegido el primero de la lista más votada, Manuel Cortés, del Partido Popular.

Pedro Peña (C’s), Esther Gómez (Plataforma) y Teresa Piqueras (PSOE)

Desde el mismo día de la constitución del Ayuntamiento, la oposición se ha manifestado casi siempre en una doble dirección: desde los grupos de la oposición hacia el equipo de Gobierno –que es lo propio-, pero también desde grupos de la oposición a grupos de la oposición. Quien más ha participado de este doble juego político ha sido Plataforma. Cada moción presentada y cada manifestación realizada llevaban un añadido para descalificar la labor de oposición socialista, que consideraban casi de connivencia con el alcalde. Era una manera de reivindicarse como ‘la única oposición’. Burdas estrategias.

A Plataforma se le ha reprochado que, si era tanto su descontento con el grupogobernante, por qué no rubricaba lo que el PSOE llevaba tanto tiempo pidiendo, una moción de censura. “No es lo mismo una cosa que la otra”, decía y dice. La presión ha sido tanta que Esther Gómez se ha visto obligada a mover ficha, y para librar su batalla sobre la gestión de la piscina ha pedido refuerzo a los otros grupos de la oposición, que se la han prestado.

Lo peor de esta conjunción de fuerzas entre Esther Gómez (Plataforma), Teresa Piqueras (PSOE) y Pedro Peña (C’s) es que el tono descalificatorio hacia el PP no se limita al asunto de la piscina, sino que, de paso, se hace una descalificación general de los modos de gobernar. En una moción conjunta llegan a decir que “ninguno de los tres grupos vamos a consentir que se siga jugando con el dinero público y seguiremos trabajando por defender los intereses de los abderitanos. No vamos a formar parte del juego que quiere seguir haciendo el PP para seguir haciendo y deshaciendo a su antojo y ofreceremos soluciones en aquellas cosas que, como esta que nos ocupa de la piscina, corresponden al PP, pero que su incapacidad, ineptitud e interés único por los sueldos les hace incapaces para resolverlas”. Mírenlos, tan duros y tan blandos según interese.

Plataforma baila en la ambigüedad de una oposición implacable y, al tiempo, ejerce como sostén del equipo de Gobierno. No se puede estar en el plato y en las tajás, Esther. Amigo y enemigo al mismo tiempo no se puede ser. No hay término medio: o se desaloja al PP del Gobierno local o se le deja gobernar. Lo demás es inmadurez política, aturdimiento o, simplemente, funambulismo. Elíjase lo que proceda.