Luis Troquel
La ley del revival funciona al revés que las fechas de caducidad. Generalmente son 20 años los que consiguen que un fenómeno se reactive y suscite tanto la nostalgia de los que lo vivieron como el interés de las nuevas generaciones. Sin embargo, la primera camada de Operación Triunfo ha decidido no esperar tanto y este otoño se reunirá para celebrar su 15º aniversario. Protagonizarán una serie de programas especiales y actuarán el 31 de octubre en el Palau Sant Jordi de Barcelona. Mucho se está hablando de las posibles ausencias, aunque las presencias ineludibles están todas confirmadas: incluida la de David Bisbal, quien por sí solo ya ha llenado tan magno recinto un buen número de veces.
Bisbal y Chenoa, en OT |
Bisbal es a la música española del primer decenio del siglo XXI algo parecido a lo que fue Alejandro Sanz en los años 90 o Pablo Alborán en esta década de la que ya hemos iniciado la cuenta atrás. Solo salir de la otrora famosa Academia entró en tromba en la galería de los personajes superlativos. Y ahí sigue. Encadenando éxitos musicales y fracasos amorosos sin tregua. Conocido entre el sector más joven de su público más por sus intervenciones en La Voz que por el programa que le lanzó.
Como dice la canción, ha sido Esclavo de sus besos. Pero no esclavo de su peinado. Y eso que llegó a convertirse en uno de los signos de identidad más comentados que cualquier figura del ramo haya tenido. Desde los tiempos de Harpo Marx no ha habido rizos tan famosos como los suyos. Un día decidió cortárselos, para dejárselos de nuevo y volvérselos a cortar y, con o sin barba, dejar de estar sujeto a una imagen concreta.
Del mismo modo, después de varios golpes de timón su carrera musical le ha situado en un lugar difícil de encasillar, y cuesta imaginar sobre qué estilo versará su próximo disco. Del último ya han pasado dos años, y en su canción bandera, Diez mil maneras, echó mano del ukelele en un momento en que tan diminuto instrumento era todavía patrimonio del indie. Sus más recientes -y ocasionales- grabaciones responden más a su rol de estrella internacional: Me enamoré de ti sirve de cabecera del culebrón argentino Los ricos no piden permiso y ha grabado también el videoclip de la canción Without you junto a la diva rumana Andra.
En lo profesional, Bisbal ha conjugado operativamente el verbo triunfar como ninguno de sus compañeros de promoción. Pero el descomunal éxito televisivo y musical del primer OT fue un fenómeno en sí mismo. Un monstruo de 16 cabezas de las cuáles, si no hay acuerdo, dos no estarán en este eventual regreso.
Dicen que Vero finalmente no acudirá. ¿Y quién es Vero?, se preguntará más de uno. Pues aunque en su día media España se sabía de carrerilla los nombres de pila de todos (y muchos permanecen en la memoria colectiva), Vero Romero es de las más olvidadas. Y eso que llegó a la semifinal junto a Rosa, Bisbal, Bustamante, Chenoa y Manu Tenorio. ¿De finalista a finada? Eso parece, aunque hay otra ausencia del todo confirmada todavía más llamativa. La de Juan Camus. El que entonces cargó con el sambenito de 'looser' a pesar de ser coautor del himno ¡Mi música es tu voz!, hoy se ha apartado de la iniciativa pese a haber sido él quien creó el grupo de whatsapp que, según dicen, ha propiciado esta reunión.
Con el nombre de OT, el reencuentro, TVE emitirá tres programas especiales a modo de documental. Ya el título escogido remite al testimonio de su triunfal gira conjunta en el 2002. Se llamaba OT: la película, y la dirigieron mano a mano Paco Plaza y Jaume Balagueró poco antes de emprender su famosa saga sobre zombis. Lo que sí ya tiene este reencuentro es el morbo asegurado. ¿Volverán a cantar juntos Bisbal y Chenoa aquello de Escondidos, solos tú y yo… mientras hacemos el amor?
La estabilidad profesional del cantante almeriense no se ha extendido a su vida sentimental. Desde que David se convirtió en SuperBisbal ha tenido idéntico número de parejas que de discos: cinco y media. De Chenoa a la actual Rosanna Zanetti, pasando por la madre de su hija, Elena Tablada; Raquel Jiménez y Eugenia Suárez. La que la prensa rosa calificó de media novia era Zuleyka Rivera. Como de medio disco puede calificarse Una noche en el teatro Real (2011), que a diferencia de otros trabajos en directo que ha publicado tenía entidad en sí mismo como mucho más que un testimonio y puede guardarse en la misma estantería que Corazón latino (2002), Bulería (2004), Premonición (2006), Sin mirar atrás (2009) y Tú y yo (2014).