Armando García
Director de AG Comunicación
Cualquiera que haya leído en las últimas horas que el desplome de la libra esterlina está provocando la caída del euríbor y abaratando las hipotecas es posible que tenga motivos para celebrar la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Por desgracia, no todas las consecuencias del conocido Brexit serán igual de buenas, sobre todo para nuestro sector agroalimentario. Las principales organizaciones del sector ya han coincidido en manifestar su preocupación y vaticinan efectos comerciales muy negativos, que pueden perjudicar seriamente a las exportaciones hortofrutícolas almerienses.
Actualmente, el Reino Unido es el cuarto cliente más importante de nuestra agricultura, y el que más ha aumentado durante el último año las compras de fruta y verdura en nuestra tierra. Para la mayoría de las comercializadoras de la provincia el mercado británico es una referencia, tanto en precio como en criterios de calidad. Las cadenas de distribución británicas lideran el ranking de exigencia a sus proveedores, y las cooperativas almerienses no son una excepción. Y si no, que les pregunten a los gerentes cuánto dinero se gastan cada año en implantar o renovar los protocolos de calidad que son obligatorios para vender en determinadas cadenas de supermercados británicas, con requisitos muy superiores a los establecidos en la legislación comunitaria.
Con la salida del Reino Unido, tarde o temprano desaparecerá la libre circulación de mercancías tal y como la conocemos hoy, y llegar a las estanterías de los supermercados británicos supondrá el pago de aranceles aduaneros, con la consecuente pérdida de competitividad. Algún experto ya apunta que las barreras arancelarias pueden utilizarse desde el Reino Unido como barreras comerciales en contra de, por ejemplo, los productos españoles, para favorecer las compras en países terceros y el consumo de la creciente producción hortofrutícola local.
A grandes rasgos, las consecuencias comerciales no serán las únicas para el campo almeriense. Que se vaya de Europa el Reino Unido significa que la hucha comunitaria pierde a uno de sus principales financiadores. Se avecinan tiempos de grandes recortes en los fondos comunitarios para todo, y también para los fondos relacionados con la agricultura. Las organizaciones agrarias calculan que se pueden perder hasta 2020 unos 3.000 millones en fondos de la PAC (de los que depende la financiación de los programas operativos de las OPFH) y otros 5.200 millones menos en fondos del Programa de Desarrollo Rural, con el que se Andalucía financia los planes de modernización de explotaciones y de regadíos. Eso es menos dinero para el campo almeriense, se mire por donde se mire. No es de extrañar que varias consejerías del gobierno andaluz hayan constituido una comisión para estudiar a fondo las consecuencias del Brexit.