El discurso imaginable

Emilio Ruiz

Situémonos en la noche electoral almeriense del 26-J. Tras conocer los resultados, en la sede de un partido político, el dirigente de turno se dirige a la concurrencia en estos términos:

 “Compañeras y compañeros: Tenemos que ser autocríticos y honestos con nosotros mismos y con nuestros electores. Julio Rodríguez, el ex jefe del Estado Mayor de la Defensa, fue un gran fichaje de Podemos, y nos sentimos orgullosos de tenerlo en nuestro partido. Gracias, Julio, por elegirnos. Gracias de corazón. Pero de la misma forma que pienso esto, también creo que ese acierto inicial se vio ensombrecido por un doble error. Uno, presentarlo por Almería. El otro es un error del propio Julio: nunca debió aceptar la propuesta de Pablo. Los electores almerienses, y particularmente los simpatizantes de Podemos, nos dieron muestras de su clemencia el 20-D aceptando al compañero David Bravo, también sin ninguna vinculación con Almería y sin ningún conocimiento de nuestros problemas. Pero, como la paciencia tiene un límite, esta vez nos han dicho ¡basta ya!”.

Antonio Heras

Prosigue: “Ahora lo reconocemos: pecamos de arrogantes al desoír las advertencias de los compañeros de Izquierda Unida, más duchos en estas cosas. Pudimos rectificar. Debimos rectificar. Las candidaturas aún no se habían presentado. No lo hicimos, y nos equivocamos. Perdón otra vez. Como en política, y en general en todos los órdenes de la vida, los errores se pagan, nosotros los hemos pagado. Con un alto precio. Rectificar es de sabios, y os puedo dar la seguridad de que una situación como ésta nunca más se va a repetir. Sabed que en adelante Podemos jamás –insisto, jamás- va a despreciar la valía de los hombres y mujeres de Almería. Nunca. Y si alguien, desde la dirección central del partido, lo intentara, estad seguros de que encontrará en nosotros la más firme contestación y resistencia”.

Pregunta: ¿Quién cree el lector que fue el autor de este emotivo discurso la noche del 26-J? ¿Antonio Heras, secretario general de Podemos en Almería? Frío, frío. No fue nadie de Podemos. En realidad este discurso no lo pronunció nadie. Y es una pena porque nos hubiera gustado oírlo. Antonio Heras era el indicado. No lo hizo. Él no dice por qué, pero todos lo imaginamos. Ni siquiera en los más rancios partidos habíamos visto tanta complacencia.

Podemos se equivocó con David Bravo y se ha vuelto a equivocar con Julio Rodríguez. El pasteleo de Antonio Heras hacia el último que nos mandan resulta empalagoso. Al sevillano lo despidió de forma exacerbada: “Ha sido un gran diputado por Almería”, dijo. Con Rodríguez, persiste en la emotividad: “Algo tengo claro: el sentimiento de perplejidad y dolor porque Unidos Podemos no cuente con Julio Rodríguez. Su interés por la realidad y los problemas de nuestra provincia y un largo etcétera de cualidades nos dejan una impronta impagable que nos anima a continuar en la lucha. ¡Muchas gracias, Julio! Estás en nuestros corazones”. Sinceramente, Antonio, ¿no es todo esto un poquito exagerado?