La agricultura de Almería: se produce más, se vende más, se exporta más... y se gana menos

Antonio Fernández
Periodista

El primer balance oficial de la campaña en el sector de frutas y hortalizas se resume con una mayor producción, un descenso de los precios y de los ingresos y el destacado papel del pimiento frente al descenso en los rendimientos del tomate. Por empezar con lo positivo destaca el aumento de la producción, resultado del esfuerzo de los productores por compensar la bajada de los precios en la mayor parte de las hortalizas. En el avance de la campaña se sitúa en 3.693.355 toneladas, 175.317 más que la campaña anterior y un crecimiento del cinco por ciento. Cuando se sumen los ‘coleos’ de los últimos días de la temporada la cifra pueden rondar los 4 millones de toneladas, récord absoluto de Almería.

La exportación agrícola almeriense supera los 2.000 millones de euros

Ese primer dato no  puede ocultar sin embargo el descenso tanto en el valor de la producción pagado al agricultor (2.001 millones de euros y un 2 por ciento menos) como en el valor del producto comercializado (2.509 millones y un 7 por ciento inferior a la campaña 2014/2015. Es el resultado de un menor valor medio de las hortalizas comercializadas por la provincia, un valor que ha pasado de los los 58 céntimos por kilo en la campaña anterior a los 54 céntimos de la de este ejercicio.

Ese esfuerzo por compensar la pérdida de precios ha llevado a los productores a un incremento de las superficies de cultivo que la Consejería de Agricultura ha cifrado en un uno por ciento y 696 hectáreas más. Ha sido más evidente en tomate, con 595 nuevas hectáreas, sandía con 212 más, lechuga con 159, pimiento con 165 y calabacín con 153 hectáreas. Por contra se han registrado descensos que son notables en el caso del melón, con 479 hectáreas menos, de la berenjena con 147 hectáreas y de la judía verde, que sigue perdiendo presencia en la agricultura almeriense, con 99 hectáreas menos.

La superficie total de cultivo de hortalizas ha crecido hasta las 57.564 hectáreas de las que 12.239 son al aire libre y 45.325 son en invernaderos que suman 30.166 hectáreas (hay que recordar que en el 50 por ciento de la superficie de cultivo de invernadero se realiza doble cultivo, es decir dos cosechas por campaña. Probablemente el caso más llamativo ha sido el del tomate, un producto que ha perdido entre un 10 y un 15 por ciento de su precio medio, pero que sin embargo ha visto crecer su facturación total al agricultor en un 0,6 por ciento hasta los 554 millones de euros.

La razón hay que buscarla en el incremento de la superficie, el mayor del conjunto de las hortalizas (casi 600 hectáreas más que en la anterior campaña) y de la productividad, al haber incrementado el volumen de producción en torno al 12 por ciento. Ese aumento de volumen de producto ha compensado la pérdida de valor en los mercados y ha equlibrado las cuentas del final del ejercicio.

Protagonismo especial esta campaña para el pimiento porque todos sus datos son positivos. La superficie de cultivo ha crecido en 165 hectáreas en un año, la producción ha aumentado un 5,6 por ciento, el precio medio por encima de un diez por ciento La suma de todo ello es un año excelente en el que el valor de la producción pagada al agricultor alcanzaba los 559 millones de euros, un 20,9 por ciento más que en la campaña anterior.

Lo que se mantiene inalterable es el ritmo de las exportaciones y durante la actual campaña (con los datos de los nueve preimeros meses, de septiembre a mayo) se habían exportado ya 2.188.615 toneladas de hortalizas y frutas frescas desde la provincia, lo que supone un 10,7 por ciento más que en el mismo periodo de la campaña anterior, la 2014/2015.

También crece el valor de esas exportaciones en un 8,3 por ciento, alcanzando los 1.962 millones hasta mayo, según los datos del ICEX. Como se comprueba, el crecimiento es mayor en el volumen exportado que en el valor de esas mercancías, lo que indica que el precio medio obtenido es más bajo este año. Al fondo, las causas de ese menor precio: el calor en Europa, las exportaciones de terceros o el descenso de cultivos.