La gran farsa

Miguel Ángel Vázquez
Portavoz del Gobierno de Andalucía

El Partido Popular se ha llevado dos años y pico manchando la imagen de Andalucía a cuenta de un supuesto fraude en los cursos de formación para el empleo. A sabiendas, ha intentado montar una gran farsa con fines políticos que se está desmoronando día a día. Cada vez son más los elementos que certifican, como siempre se sostuvo desde la Junta de Andalucía, que ni hubo ilegalidades ni menoscabo de fondos públicos, que el procedimiento administrativo era el mismo que en el resto de España, incluso con más garantías de control, y que si existe algún fraude, es contra la Administración. Aquí están los últimos hitos recogidos por los medios de comunicación:

La juez María Núñez archivará la pieza ‘política’ de los cursos de formación.
La Fiscalía Anticorrupción no ve delito en las resoluciones de exoneración de la formación.
El Tribunal de Cuentas no ve ilegalidades en los cursos de formación.

¿Y ahora qué? ¿Qué pasa con el sufrimiento de muchas personas honestas que se han visto detenidas injustamente, algunas incluso vejadas y humilladas? ¿Qué hacemos con las operaciones policiales espectacularizadas avisadas con antelación para ser contadas por los medios? ¿Qué ocurre con las acusaciones de brocha gorda hablando del mayor caso de corrupción de la democracia y poniendo injustamente a Andalucía como tierra de mangantes? ¿Quién repara todo este daño?

¿Y ahora, qué?

Hace unos días, en un curso de verano sobre el periodismo de investigación, organizado por la Universidad Pablo Olavide de Sevilla, el comentario general era que el asunto se había desinflado, apenas si le dedicaron unos segundos en las distintas mesas de debate. Ahora al buen periodismo le toca dedicar un espacio y un tiempo proporcional para contar los nuevos episodios de un caso que no era tal y que se infló de manera artificial (y con intereses espurios) por parte del PP.