Astérix y Obélix en la playa de Cabo de Gata

Lola González
Periodista


Conseguir un permiso para hacer una actividad deportiva en las playas, y más si son de un parque natural, está más cerca de parecerse a la prueba número ocho que tuvieron que superar Astérix y Obélix en las 12 pruebas de los dioses -para los que no conozcan las peripecias de estos galos, tenían que conseguir la forma A38 en un edificio lleno registros y ventanillas en los que les mandaban de un lado a otro para volverlos locos- que a una tramitación normal. Y es que con el cambio de las competencias en materia de costas, que ahora dependen de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía pero que sigue teniendo aún parte de la competencia el Estado, primero hay que tramitar cualquier permiso con la Junta, ésta lo remite a Costas, Costas lo devuelve a la Junta y ésta a quien lo pida. Y eso si todo está correcto, como haya ya un requerimiento de por medio... Total, para plasmar esta burocracia la ley marca que hay que presentar las peticiones cuatro meses antes. No es de extrañar.

El Cabo de Gata se queda este verano sin juegos en la playa

Pues teniendo claro esto veamos lo que ha ocurrido en Cabo de Gata con los permisos para los campeonatos de tenis playa y fútbol playa. En todo el litoral capitalino solamente la playa de El Palmeral cuenta con un permiso de Medio Ambiente y de Costas para hacer actividades deportivas. Allá por el 30 de mayo el concejal de Deportes, Juanjo Segura, y parte de su equipo, se reúne con el delegado de Medio Ambiente, Antonio Martínez, para ampliar el número de playas a Cabo de Gata y El Toyo. Pues bien, deciden ambas partes citarse de buen grado en septiembre para hacer proyectos adecuados a cada zona y para que tengan una duración de tres o cuatro años. Y esta reunión a día de hoy sigue en pie.

El problema lo tenía entonces ya el Ayuntamiento ante el circuito de fútbol playa y el tenis playa en Cabo de Gata para este verano. Teniendo en cuenta la ley ya iban tarde pero según el concejal consensuaron “agilizar la documentación” para que estas actividades se realizaran. Hasta ahí todo bien. El Ayuntamiento envía la documentación el 1 de julio, y Medio Ambiente les manda un requerimiento al considerar que la zona elegida ya aparece en el plan de playas municipal como espacio reservado para hamacas. Les piden un informe que declare que no es incompatible y ante la posibilidad de que esto retrase la solicitud, abogan por cambiar de playa al otro lado del barrio y el 1 de agosto se envía.

Pues bien, este documento que tiene que llegar al Servicio Provincial de Costas no lo ha hecho y ahí comienzan las quejas municipales. Dice Segura que aunque la ley establece cuatro meses “han tenido 45 días en Medio Ambiente” y que no había tanto a lo que dar permiso, “solo era colocar dos redes en la playa”. La Junta alega que si un documento necesita cuatro meses y la petición definitiva (no se puede olvidar que hubo cambio de sitio) llega el 1 de agosto para que haya actividades a mediados de ese mes, no hay tiempo material.

Sea como sea lo único cierto es que los dos clubes deportivos se han quedado sin actividades. Es verdad que permitir dos redes a la orilla del mar no parece que requiera un informe extenso, pero también hay que entender que las actividades deportivas tienen que contar con una previsión suficiente como para poder presentar los ‘papeles’ en tiempo y forma. Total, que uno por otro y Cabo de Gata sin deporte.