Antonio Fernández
Periodista
La empresa Sabores Abad, S. L., que tiene su centro de producción en la localidad de Padules, se abre camino en los mercados nacionales con una de sus especialidades, las croquetas, un producto que ya representa más del 50 por ciento de su facturación total. Cada mes salen de la cocina de Antonio Abad en torno a los 9.000 kilos de croquetas de diferentes sabores, cerca de medio millón de unidades, que además de tener una amplia clientela en Almería ya ha saltado a los mercados nacionales, entre ellos los de Madrid, Sevilla, Córdoba, Málaga, Cádiz, Ceuta o Fuerteventura.
Antonio Abad ante las puertas de su restaurante |
El propietario de la empresa asegura que lo que empezó como uno más de los platos precocinados que elabora se ha convertido en una auténtica revolución en los últimos años, hasta convertirse en su producto estrella, incluso por encima de los productos de V Gama que elabora, listos para comer. No hay más secreto que una cuidada elaboración y la paulatina incorporación de especialidades. A las croquetas clásicas de jamón o de pollo ha ido sumando un completo muestrario compuesto por hasta veinte clases diferentes.
Son croquetas que sorprenden por su variedad, con especialidades nuevas como las croquetas de codillo con compota de manzana o las de algas marinas. Las de algas son la última incorporación. Antonio Abad cuenta que nacieron a petición de un buen cliente de la empresa en Cádiz, dedicado a su vez a la producción de algas. Según el dueño de Sabores Abad, “nos pareció un poco raro pero el resultado es sorprendente”.
Abad sostiene que no hay más secreto para explicar el éxito de sus croquetas que una elaboración plenamente artesanal, la utilización de productos tradicionales de alta calidad y no utilizar sustancias añadidas, ni conservantes ni colorantes ni potenciadores de sabores. A su juicio en este mercado “la calidad es lo que más se aprecia y los sabores auténticos”.
Sabores Abad nació en el año 2010 como un proyecto para dar salida a los platos que desde mucho tiempo antes se cocinaban en el Restaurante Abad, de Padules. La idea era la de elaborar esos platos para venderlos a los consumidores en cualquier parte de la provincia o del país. Es un proyecto de V Gama, es decir, de aquellos platos ya cocinados que sólo hay que calentar y comer. Las croquetas sin embargo son de IV Gama, ya que se comercializan elaboradas y preparadas para freír en cada domicilio. Ambas gamas han supuesto toda una revolución para la empresa padulense.
La mayor parte de la producción de la empresa se destina al canal de la hostelería. Codillos, chuletillas de cordero, platos de cuchara como los populares potajes de hinojos, los cocidos o las lentejas, pescados como el lenguado o la merluza, gazpachos, ajoblanco y una larga lista de especialidades, constituyen la base de la producción junto con las tapas que se sirven a los bares a través de Mediterránea de Alimentación, que se encarga de la distribución.
Antonio Abad señala que el verano es un buen momento para las ventas “porque con la llegada del turismo la demanda de platos almerienses es cada vez más fuerte”.