Belén Navarro Llobregat
Concejala Portavoz de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de El Ejido
El Día Internacional Contra la Trata pasó sin pena ni gloria por nuestro municipio ¿Actividades sobre el particular? Una mesa redonda, organizada por Izquierda Unida, y la moción que hemos presentado en el Ayuntamiento para su debate, moción que, a día de hoy, desconozco si llegará siquiera a debatirse en el próximo pleno, ya que depende de la voluntad política del equipo de Gobierno o de la firma de un tercio de los concejales que componemos el pleno. Difícil empresa, en ambos casos. La prostitución y la trata no parecen estar en la agenda central de la mayoría de los partidos políticos. Cosas de feministas, supongo.
Concejala Portavoz de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de El Ejido
El Día Internacional Contra la Trata pasó sin pena ni gloria por nuestro municipio ¿Actividades sobre el particular? Una mesa redonda, organizada por Izquierda Unida, y la moción que hemos presentado en el Ayuntamiento para su debate, moción que, a día de hoy, desconozco si llegará siquiera a debatirse en el próximo pleno, ya que depende de la voluntad política del equipo de Gobierno o de la firma de un tercio de los concejales que componemos el pleno. Difícil empresa, en ambos casos. La prostitución y la trata no parecen estar en la agenda central de la mayoría de los partidos políticos. Cosas de feministas, supongo.
Sin pena ni gloria |
¿Por qué reivindicar la realización de actos en este Día Internacional de la Trata? La trata de personas es uno de los negocios más crueles y despiadados en nuestra sociedad. Venta de órganos, venta de sangre, tránsito de esclavos laborales y trata de mujeres y niñas para su explotación sexual son las actividades delictivas que más directamente atentan contra los derechos humanos.
Entre estas actividades, la trata de mujeres y niñas para su explotación sexual es, lamentablemente, la más frecuente y la más rentable, y ello es debido a la prostitución, que es una forma de explotación que debe ser abolida y no una profesión que hay que reglamentar, porque es una forma de violencia de género extrema: Lo que las mujeres prostituidas tienen que soportar equivale a lo que en otro contexto correspondería a la definición aceptada de abuso sexual y violación reiterada.
España es el tercer país europeo en consumo de prostitución. En Andalucía son cerca de 60.000 mujeres las que están prostituidas, según un informe de la Asociación de Mujeres Progresistas de Andalucía. Almería está a la cabeza de consumo de prostitución en Andalucía. Cada cierto tiempo, nos levantamos con la noticia de que una nueva red de explotación sexual ha sido desarticulada en la provincia, en nuestro municipio, cerca de nuestro barrio, en clubes, cafeterías, al lado de los parques donde nuestras niñas y niños juegan en los columpios y paseamos a nuestros perros. Antros a los que nuestros ojos se han acostumbrado, tanto que ni siquiera reparamos en su presencia y en cambio encierran historias para el horror que solo conocemos cuando alguna de las mujeres se atreve a contar el sufrimiento extremo que se ha visto obligada a padecer a causa de las mafias, de los proxenetas, de los chulos, en definitiva.
Son datos para la preocupación, como es preocupante también la normalidad con la que asumimos en nuestro día a día encontrar publicidad de clubes de alterne de nuestro municipio en los parabrisas de nuestros vehículos, en vallas publicitarias, en carteles callejeros, incluso en pistas deportivas, lugares que también frecuentan niñas y niños, ellos a los que tanto aluden algunos para censurar el nudismo en las playas, un beso entre dos personas del mismo sexo o una obra de teatro políticamente incorrecta.
Se dice que la prostitución siempre ha existido. También las guerras, la tortura, la esclavitud infantil y la muerte de millones de personas por hambre. Pero esto no es prueba de legitimidad ni validez. Tenemos el deber de imaginar un mundo sin prostitución, lo mismo que hemos aprendido a imaginar un mundo sin esclavitud, sin apartheid, sin violencia de género, sin infanticidio ni mutilación de órganos genitales femeninos. Sólo así podremos mantener una coherencia entre nuestros discursos de igualdad en la sociedad y en la educación y las prácticas reales que mantenemos y fomentamos. Por eso nuestro municipio, El Ejido, debe implicarse activamente, hoy más que nunca, en esta lucha por la igualdad de hombres y mujeres.