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Imanol Uribe ha completado su trilogía sobre el conflicto armado en el País Vasco. Tras La muerte de Mikel y Días contados, llega hoy a las pantallas Lejos del mar, rodada en el otoño de 2014 principalmente en Almería. Lejos del mar cuenta la historia de Santi (Eduard Fernández), un etarra que llega al Cabo de Gata después de pasar más de 20 años en la cárcel, con el objetivo de dejar atrás su pasado. La coincidencia con la hija de una de sus víctimas (interpretada por Elena Anaya) complicará los planes vitales de ambos.
Lejos del mar |
Uribe ha reconocido que ha tratado de mostrar una historia alejada de la política. "Intento huir de la política como de la peste: los políticos van por otro lado, manipulan, utilizan...hay otros intereses muy espúreos, es un juego que se puede ver por ejemplo en esta falsa investidura".
"Es básicamente una película sobre alguien que sale de la cárcel y se hace una pregunta: ¿tengo derecho a vivir?, ¿a ser feliz?, ¿a comer gambas?, ¿a poder darme un baño?", ha destacado. Para preparar su personaje, Fernández contactó con presos que habían pasado muchos años en la cárcel, aunque no con etarras. "No me importaba tanto que hubieran pertenecido a la banda, las personas que entrevisté y que habían estado tantos años en la cárcel tenían una pátina en común gris y dolorosa".
La crítica ha recibido con diversa suerte la película de Imanol Uribe. Leamos unos ejemplos: "Uribe me crea desasosiego, me intriga (...) existen demasiadas cosas que no se explican bien en el guión, o que están forzadas" (Carlos Boyero, El País). "Es cierto que la película da algún que otro traspié (...) pero Eduard Fernández y Elena Anaya consiguen dar cuerpo a lo inexpresable en este trabajo" (Jordi Costa, El País). “"Es una cinta demasiado temerosa y sin control: tan pendiente de no equivocarse como delirante” (Luis Martínez, El Mundo). "Consigue producir mucha incomodidad, casi irritación (...) No es fácil señalar algunos ridículos en los que cae sin desvelar parte de la trama, aunque tal vez todo se trate de una catarsis de símbolos y alegorías" (Oti Rodríguez Marchante, Abc).
"Este es un filme complicado (...) Complejo, atrevido, resolutivo, titubeante... parece difícil que contente a muchos y que deje indiferente a los otros (Quim Casas, El Periódico). "La primera hora es apreciable por la serenidad con que se describen los aconteceres (...) a partir de ahí, la película se desmelena en lo (melo)dramático, fuerza hasta el paroxismo la credibilidad de la historia (Jordi Batlle Caminal, Fotogramas).