Kayros
Periodista
Cuando yo era más inocente y escribía libros de versos llegué a publicar algunos libros. Recuerdo que una vez llegué a encadenar un soneto sobre el tedium vitae de los almerienses en esas tardes de otoño en que no llegaba el tren, los ricos se encerraban en sus mausoleos de lujo y los tertulianos bebían hasta el amanecer matando el tiempo. El ultimo tríptico de ese mencionado soneto decía así: “Entre bostezones de la atroz tertulia / los poetas beben por matar la abulia / mientras llega el triunfo de Adonis”.
Bisbal y la Diputación |
Se celebra estos días un revival mediático de los llamados “triunfitos” donde, como saben, figuró con éxito nuestro cantor almeriense. A nadie más que a él, a su simpatía y a su poder comunicativo con todos los públicos hay que achacar su triunfos por España y América. Más discutible es, sin embargo, la utilización publicitaria que de este icono está haciendo el poder político almeriense, especialmente el PP. Me estoy refiriendo a la presentación en Madrid del último disco de Bisbal.
¿Qué pinta la nomenclatura del PP (presidente de la Diputación, diputados y demás viajeros ocasionales) en la fiesta estrictamente musical y artística? Se ha escrito que esta broma ha costado 35.000 euros a las arcas provincianas. ¿Creen ustedes que el dinero público está para estas chulerías de paletos?
Estos mismos políticos ha dejado caer el festival de Jazz por escasez de fondos. Y conste que el festival era ya una clásico en estos días anteriores a Navidad con un público especial familiarizado con lo que gusta mucho por ahí fuera.
Aprovechar a Bisbal como resonador internacional de lo que se hace en esta provincia no me parece mal, siempre que no sea la política la que se aproveche para hacerse bacanales propagandísticas con nuestro dinero. Me parece que aquí hay una confusión. No se hace gran cosa por el cine si solo cada año traemos una estrella del Hollywood que anduvo por aquí en illo tempore.
Hace falta algo más que retratarse con él y dejar una huella en una plaza. Un partido tan fuertemente acusado de no hacer gran cosa por la cultura no puede contentarse con ir a la zaga de Bisbal como vocero propagandístico. Hay que ganarse a los creadores artísticos. La cultura no es solo el baile en la plaza o el tío de la chirimía al alba del pueblo.