La gran farsa ya está desmontada

Miguel Ángel Vázquez
Portavoz del Gobierno de Andalucía

Ya lo había pedido la Fiscalía y hoy la jueza ha decidido el archivo de la pieza política sobre los cursos de formación en Andalucía. El auto es concluyente: ni existe menoscabo de fondos públicos, ni ningún delito, ni red clientelar y la gestión se hizo conforme a ley. Todos los argumentos manejados por el Partido Popular y el Ministerio se han demostrado falsos, de acuerdo con el escrito de la magistrada.

Francisca Pérez Laborda, exdelegada de Empleo

Queda así desmontada la gran farsa orquestada por el PP, con el apoyo inestimable del Ministerio, para criminalizar los cursos de formación. Se han espectacularizado detenciones, se han avanzado operaciones a través de los medios, se han tratado a altos cargos como peligrosos delincuentes, se han inflado cifras de un presunto fraude que sólo ha existido en la mente de quienes han intentado mentir y sacar tajada electoral a través de la manipulación de la opinión pública y el uso de las instituciones al servicio del interés de un partido.

El auto pone fin a la causa general que la derecha había orquestado con intereses bastardos para desgastar al Gobierno socialista y manchar la imagen de Andalucía. En esta estrategia demencial se han puesto bajo sospecha el buen nombre y el honor de personas honestas, de servidores públicos íntegros.

Y no todo vale en política. La oposición tiene el deber de controlar al Ejecutivo pero cuando se excede en sus declaraciones como mínimo tiene que pedir disculpas. Hoy es el día de exigir una rectificación pública por las muchas barbaridades que se han escuchado. Se han vertido duras acusaciones contra muchos políticos decentes y se ha causado mucho daño, un daño gratuito e intolerable. Cuando los voceros de la oposición insidian e insultan sin rigor y sin fundamento tienen que asumir además su responsabilidad.

Hay gente, bajo las siglas de PP y Podemos, que han hablado con una ligereza y un rencor inaceptables en estos dos años y medio y ahora se deberían plantear si pueden seguir en la vida pública. Dicen que las palabras se las lleva el viento pero hay algunas que se quedan grabadas a fuego y tienen que tener consecuencias. La barra libre y el desahogo irresponsable no les puede salir gratis. Cuando alguien se equivoca o se sobrepasa gravemente, debe pagar por ello. A algunos el tiro les ha salido por la culata.