¿Por qué no quiero terceras elecciones?

Miguel Ángel Vázquez
Portavoz del Gobierno de Andalucía

Como militante socialista y con la libertad de expresión y de pensamiento que ha presidido siempre en mi partido, expongo mis razones, con humildad y sin creerme en posesión de la verdad absoluta, contra la celebración de unas terceras elecciones en España:

1. Los ciudadanos no quieren ni de lejos ser llamados otra vez a las urnas. Sería un enorme fracaso político no haber entendido el mensaje de la gente a favor de un mayor pluralismo político y de más diálogo para resolver los asuntos públicos. Una nueva cita electoral produce hastío y cansancio, que se traducirían en una mayor abstención, y fundamentalmente entre los votantes de la izquierda. ¿Cuántas veces habrá que votar hasta que se forme gobierno y una legislatura eche a andar? La gente quiere solución a sus problemas, no que sus representantes sean su problema.

Los ciudadanos no quieren ni de lejos ser llamados de nuevo a las urnas

2. La imagen de España se resentiría en el exterior. No sólo desde un punto de vista político, también desde la óptica de la confianza para atraer inversiones que apuntalen los indicios de recuperación económica. Unas nuevas elecciones transmitirían hacia fuera un mensaje de inestabilidad y una crisis de reputación difícil de superar en el corto plazo.

3. Otras elecciones supondría una victoria más amplia de la derecha. El no ahora a Rajoy sería más Rajoy en diciembre. El PP ampliaría la diferencia y se aproximaría a una mayoría amplia y completaría la absoluta con Ciudadanos. Esto cerraría la puerta a cambiar muchas de las medidas que tanto sufrimiento han causado (reforma laboral, LOMCE, ley mordaza, los recortes en sanidad y educación...) e investigar los casos de corrupción del PP para que se depuren responsabilidades políticas. Con la composición actual del Congreso de los Diputados se puede corregir lo que el PP impuso con el rodillo de la mayoría absoluta. Es más de izquierdas (y más inteligente) impedir otros comicios y que así la derecha no vuelva a tener el control absoluto de la situación.

4. El PSOE no está para elecciones. Su puesto está en la oposición, haciendo una oposición firme, exigente y útil para las clases medias y trabajadoras. Ahora los números no suman y el gobierno alternativo ha sido una gran falacia. ¿O es que son de izquierdas los diputados de la antigua Convergència? Después de las elecciones de diciembre fue posible un gobierno del cambio pero Podemos no quiso, en este momento es sencillamente imposible. Tenemos que poner los cimientos desde la oposición para forjar una opción de gobierno en las siguientes elecciones.

La decisión, por tanto, está entre pasar a la oposición, dejando que se forme gobierno y ejerciendo con firmeza desde el primer minuto nuestro papel opositor, o mantener el no y abrir la puerta grande a Rajoy y al PP en diciembre para que sigan haciendo y deshaciendo a su antojo. Yo me quedo con la primera por el bien de España, por el bien de la mayoría de los ciudadanos que tan mal lo han pasado en esta crisis con las recetas conservadoras y por el bien del PSOE. Tres en uno. Y vaya por delante que no quiero a la derecha ni en pintura y me duele que ése sea el único camino posible. Todo lo demás es peor.

(En cualquier caso, ésta es mi modesta opinión y siempre hay que respetar lo que decidan democráticamente los órganos del partido).