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La Alcazaba cierra el mejor y más corto ciclo del teatro del Siglo de Oro

Juan Torrijos
Periodista

Cuando Carlos Góngora decide no seguir al frente del Festival lo hace por culpa de las injerencias políticas que se le ponen al festival. La Alcazaba lo fue en los años setenta y lo ha vuelto a ser en los dos pasados en el mejor escenario para disfrute de la cultura por parte de los ciudadanos. El que un político pueda ponerse en su boca que es exclusivista, debería darse una vuelta por Almagro, por Mérida o por el castillo de Pedraza durante los días del festival de las velas. Poco viajaos veo a nuestros políticos. Es una pena que sean los representantes de una parte de la cultura almeriense.

Carlos quería llevar al Festival del Siglo de Oro de Almería a la altura del de Almagro

Carlos quería llevar al Festival del Siglo de Oro de Almería a la altura del de Almagro y para ello le hacía falta un escenario, el mejor que tiene nuestra capital, la Alcazaba, y ligar unas fechas en el tiempo que pudieran hacer del mismo un lugar de encuentro. Ha hablado la señora concejala, pero a uno le gustaría que lo hiciera el primer edil, el nieto de Monterreal. Me gusta que defienda el agua con rotundidad, que ponga a Almería por delante de su partido, pero que no se quede ahí. Almería tiene una Alcazaba que puede ser el trampolín para un turismo cultural importante, como lo era la Alhambra para Granada con el festival de música y danza hace más de cuarenta años. Nosotros dormíamos entonces al arrullo del Mediterráneo.

Lo que no podemos permitir es que cuarenta años después los políticos actuales, tan nefastos o más que los de entonces, quieran volvernos a dormir. Tiene el joven alcalde que ponerse los pantalones con la Alcazaba y el festival como parece lo hace con las necesidades de agua para Almería. Y si son la Junta y sus satélites en la capital los que ponen piedras sobre la celebración del festival en el monumento, que lo digan a las claras. Ya tuvo una reunión el alcalde con doña Gracia y el hombre salió casi en paños menores. Ya no importaba, dijo, quien fuera el dueño del recinto, lo importante era colaborar entre las administraciones. Fue una derrota en toda regla del alcalde ante la Junta de Sevilla.

Mucho me temo que en esta ocasión pueda estar ocurriendo algo parecido y la capital se coma el marrón de perder un director como Carlos Góngora que tiene las ideas muy claras sobre el Festival de Teatro del Siglo de Oro. Lo siento.