Tania Artajo
@opinionalmeria
No quedaba en este solar patrio en forma de piel de toro famoso alguno que no se pronunciara sobre la cobra que nunca existió de David Bisbal a Chenoa. Bueno, sí, quedaba una: Sara Carbonero. Y también lo ha hecho. En su blog, la famosa periodista afirma que el concierto de OT consiguió volver a sentar a muchísima gente con la esperanza de revivir las sensaciones que tuvieron hace quince años alrededor de sus televisores. “Como si por arte de magia pudiéramos teletransportarnos al momento en el que nació el novedoso formato de TVE”.
"Yo hace quince años" (Sara Carbonero) |
También Carbonero reconoce que ella, como casi toda la gente de su edad por entonces, se enganchó al programa. “No me perdí ni una sola gala”. Y afirma: “Operación Triunfo fue un programa de música, pero no nos engañemos, era mucho más. Nos encariñamos con los concursantes, lloramos, reímos y, claro, hicimos nuestras las historias que se vivieron dentro de la academia. Incluidas las historias de amor, esas eran las mejores”.
Sobre los dos principales protagonistas del concierto, la periodista y diseñadora tiene palabras de elogio: son “dos magníficos cantantes y profesionales que hace muchos años tuvieron una bonita historia de amor. Yo ya me imaginaba que su actuación iba a generar expectación, claro… Pero os soy sincera, jamás pensé que se iba a liar la que se lió. (En mi opinión por cierto, no hubo cobra)”.
Sara aprovecha para repasar las veces en las que se había sentido “traicionada” por una historia. “Creo que la vez que peor lo pasé fue cuando Dylan, en “Sensación de Vivir”, decidió romper con Brenda y quedarse con Kelly. Nunca se me olvidará ese capítulo ni la imagen de Brenda en la cama escuchando “Losing my religión”, de REM. Quería rebobinar una y otra vez por si había algún error. Fue todo un drama y la serie para mí nunca volvió a ser lo mismo”.
“Yo creo que lo que sucedió esa noche no fue solo que deseáramos que todo siguiera igual que hace quince años con esta pareja, sino que añoramos aquella época o, mejor dicho, añoramos las sensaciones y emociones que teníamos, intentamos volver a ser lo que éramos entonces. Todo esto sin darnos cuenta, y ahora hablo en general, de que cada situación tiene su momento, su tiempo, sus circunstancias. Es por eso que no se pueden reeditar las cosas que ya hemos vivido. Claro que podemos recordarlas, y emocionarnos, pero no revivirlas. Cada momento sólo se vive una vez. Ni somos los que éramos hace quince años, ni los protagonistas lo son, ni las circunstancias se parecen”.