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Adiós a un año de pocas satisfacciones a los almerienses

Juan Torrijos
Periodista


Si el 2015 se nos fue dejando una lluvia de millones en Roquetas, Laujar y otros municipios del río Andarax, el que hoy despedimos se nos marcha entre el aburrimiento, la desidia y la pedrea de la lotería. El pasado no nos trajo agua, este nos ha dejado una gota fría que le ha sacado las vergüenzas a los políticos. Ahí se quedan, peleándose por echarse las culpas los unos a los otros. El último mes, el que hoy se nos va, ha supuesto una alegría para los precios agrícolas. Ya no nos acordamos de los miles de kilos que se han tirado o se han vendido por debajo del costo en los restantes.

Se va 2016 y llega 2017

Pero el que no se conforma es porque no quiere. Según el diputado Rafael Hernando mañana tendrían que comenzar las obras del AVE. Bueno, mañana es domingo, no se les puede obligar a trabajar. Vale, el lunes día dos; seamos benevolentes: lo dejamos para después de Reyes, pero lo que no se puede olvidar es que durante todo el año que despedimos las obras del AVE han estado varadas y los túneles tapiados.

"Las lluvias caídas en este mes de diciembre no pueden ser una cortina tras las que esconder nuestras necesidades hídricas"

Ha llovido. Cierto, y hasta con saña, pero no se debe olvidar que Almería es y seguirá siendo tierra de poca agua, de sequía permanente, y los regantes han reclamado a lo largo de los últimos meses que hay que solucionar el grave problema que tienen los campos y los invernaderos almerienses. Las últimas aguas caídas en este mes de diciembre no pueden ser una cortina tras las que esconder nuestras necesidades hídricas.

Se ha firmado el tan deseado proyecto sobre el Puerto-Ciudad. Papel. No mojado todavía, pero la humedad del puerto en eso nos lo puede dejar en un futuro. La primera piedra del Materno Infantil no ha dejado de ser una alegría, pero, como dijo Chaves con la del Plan Hidrológico, la importante será la última, y a esa le quedan algunos años por llegar, si es que llega.

La autovía del Almanzora lleva esperando su última piedra más de una década, y lo que le queda, decimos nosotros. El año que se nos va ha vivido un órdago entre los ciudadanos y los políticos de la Junta por la Alcazaba. Por ahora han ganado los políticos, pero la siembra está ahí y seguirá dando sus frutos. Y qué decirles del año y el tren. Madre mía. Ni con la sociedad levantada nos hacen caso los políticos. De poco o nada han servido los viajes. ¿Y el que llega mañana? Mantengamos la esperanza.