Ángel Rodríguez Fernández
Coordinador de campañas de la agrupación electoral Docentes por la Pública
Más que del mismo Informe PISA, un análisis de los resultados académicos por comunidades, en las que las distancias son tan pequeñas que pueden hacer subir o bajar peldaños con suma facilidad, como ha ocurrido con el País Vasco, sí quisiéramos valorar la reflexión de nuestra consejera.
Gráfico: El País |
Nada mas conocerse respondió a las críticas a su gestión con unos comentarios acerca de los muestreos, que si bien después los matizó, no bajándose de la burra en lo sustancial, dejan claro la poca autocrítica que podemos esperar de nuestra consejería. Valoraba las características especiales de nuestra comunidad respecto a otras, y las desigualdades económicas y sociales que aun persisten (a pesar de cerca de cuarenta años de gobierno "socialista") en su seno.
Dejaba entrever que sería más justo un muestreo que recogiera por estratos la información de nuestras aulas, no un muestreo aleatorio como el que genera PISA. En este tipo de muestreo es más fácil que caigan esas aulas depauperadas que nuestra consejera estima en mayor porcentaje que otras comunidades.
Nos hubiera gustado unos gramos de sinceridad y considerar por ejemplo la segregación que aun persiste entre aulas bilingües y no bilingües, un fenómeno que genera artificialmente estas unidades de las que se queja nuestra consejera. O tal vez demandar más recursos a Educación, más profesores de apoyo, más ayuda social, más incentivos, y la mala utilización de otros recursos.
Ella misma con sus impresiones nos caracteriza como una comunidad que necesita de estos complementos para más pronto que tarde equipararse a otras comunidades autónomas. Que la coletilla de "los recursos no son ilimitados" cuando demandamos de la Administración que cumplan con su propia normativa deje de ser el balón enviado a la terraza de no sé qué vecino.