Juan Francisco Puga Murcia
Balerma
Tras las lluvias de finales del pasado mes de noviembre, el aluvión de críticas hacia la gestión municipal del Ayuntamiento de El Ejido se hizo eco en las redes sociales. Muchos ciudadanos enviaban fotografías y vídeos mostrando las anegaciones e inundaciones de diversos puntos en los distintos núcleos de población del municipio. Según argumentaba y opinaba la ciudadanía, los resultados de las obras públicas municipales no habían solventado los problemas y dejaban mucho que desear. De hecho, las imágenes hablaban por sí solas.
Una imagen vale más que mil palabras |
Sin embargo, la versión que se ofrecía por parte del equipo de Gobierno Local a través de la página de Facebook “El Ejido es mi prioridad”, empleada anteriormente como medio de marketing electoral y actualmente de comunicación político-institucional, era muy distinta en un vídeo destacando que “las obras de pluviales aminoran los efectos de la tromba de agua y evitan inundaciones en puntos tradicionalmente conflictivos de El Ejido”.
Comentarios a favor, comentarios menos a favor y comentarios críticos se hallaban en la publicación en la cual el vocal de la Junta Local de Balerma, José Antonio Hernández López, halaga las obras públicas y los beneficios de las obras realizadas en Balerma, resaltando que habían dado muy buenos resultados. Un ciudadano de Balerma cuestiona las palabras del vocal, le insta a rendir cuentas como miembro de la Junta Local y rectificar sus palabras. En poco tiempo se publica la respuesta cargada de insultos, ofensas e injurias:
Una respuesta poco respetuosa |
A la vez no duda en responder en tono amenazante cualquier otro comentario respecto a lo vertido en el anterior. ¿Cómo es posible que un cargo público designado pueda proferir semejantes imposiciones? ¿Rechazar cualquier tipo de argumentación y determinar la validez de otras opiniones por medio de agresividad en el lenguaje?
Una Democracia Liberal es un Estado Democrático y una Sociedad Civil democrática. Se requiere de ambos para hablar de Democracia bajo un Estado de Derecho. Pero, además, tiene que garantizarse la participación de la Sociedad Civil entendida como espacio independiente donde se desarrollan las formas de participación social desplegando una racionalidad cívica, a partir de la cual, surgen las críticas. Ninguna opinión es válida sin argumentación.
La existencia de una serie de garantías respecto a nuestros derechos y libertades son garantía a la vez para la participación; esto es lo que caracteriza a un régimen democrático de otro autoritario, garantizándose la pluralidad y la diversidad, puntos de vista diferentes y perspectivas diversas.
En Balerma, la participación se considera como un añadido, un complemento, un ad hoc, e incluso algo tabú hasta no hace mucho… Todo pensamiento liberal, en teoría política, coincide en delimitar cuál es, en la génesis de la Democracia liberal, lo mínimo que debe caracterizar a ésta; la participación activa de los ciudadanos en el diseño de la vida pública y no sólo que participen cada cuatro años en las urnas.
En esta Democracia Local, algo va muy mal, y es precisamente realidades como estas que reflejan una cultura político-institucional renegada al pensamiento único a través de las mayorías absolutas, no tan absolutas cuando participa menos del 50% de la población en las elecciones municipales, por lo que resulta bochornoso hablar siquiera de mayorías sociales refrendadas para legitimar las decisiones y actuaciones del Gobierno Local.