Áurea Martínez Navarro, la primera periodista que acudió a Palomares

Antonio Torres
Director Territorial de RTVA

La periodista Áurea Martínez Navarro marcó un hito en la historia de la radio provincial al ser la primera redactora de una emisora de radio en Almería. Fue la primera mujer periodista en acudir a Palomares, tras el accidente de las bombas termonucleares. Un día en el que vivió el sufrimiento y la incertidumbre mundial. Durante aquellos días, para ofrecer las crónicas telefónicas los periodistas debían desplazarse a Cuevas del Almanzora y pedir a la telefonista del pueblo la llamada a cobro revertido. Las redes sociales, el satélite o internet todavía no reinaban. El sonido se recogía con los magnetófonos Grundig.

Tres figuras míticas del periodismo radiofónico almeriense: María Rosa Granados, Áurea Martínez Navarro y Andrés Caparrós, en la década de los 60

“Viajé junto al entonces estudiante de Periodismo y colaborador de La Voz de Almería Rafael Martínez Durbán, posteriormente director de Informe Semanal; el cámara y corresponsal de TVE Antonio Cano y la ésposa de éste, Pepita. Nos desplazamos en el Citroen dos caballos de Cano. Fuimos los primeros periodistas en llegar a Palomares. Hablamos con vecinos, tocamos todo el material y tuvimos que regresar por orden de Rafael Martínez de los Reyes, padre de Martínez Durbán y delegado de Información y Turismo. Se nos ordenó regresar al día siguiente a Palomares con la ropa interior metida en una bolsa para analizarla. A mí me quitaron los zapatos, que dieron positivo de radiactividad. Fueron momentos inolvidables, con heridos, restos humanos y de los aviones...”, rememora Áurea mientras pasea a su perra Tula, rescatada de un centro de animales maltratados.

En Palomares hubo desinformación, pese a que días después el presidente de la Junta de Energía Nuclear, Otero Navascués, afirmara que se había conseguido dejar Palomares en las mismas condiciones en las que estaba antes del accidente, en línea con el embajador Duke y el comandante de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, general  Wilson. Los hechos demostraron que ninguno de los gobiernos actuó con apertura para acabar con el estigma Palomares. Hoy la autoridad del reportero de Canal Sur José Herrera, autor de  Accidente nuclear en Palomares. Consecuencias, 1966-2016, editado por Arráez, vuelve  a denunciar que siguen hectáreas contaminadas, arrinconadas en un perímetro. Palomares sigue abierto para la historia aunque sus vecinos están cansados.

Áurea, a la entrada de Palomares

En Radio Juventud, dirigida por Sigifredo Ortega, luego por Roberto del Río y Juanjo Pérez, hermano de José Ángel, ex periodista de RNE, Áurea Martínez Navarro (Almería, 1941) era la única redactora en aquel periodo de la década de 1960. Tras los estudios en la Escuela de Periodismo, que dirigía el ortodoxo falangista Juan Aparicio, consiguió plaza de redactora. Eran los tiempos de  profesores como Beneyto y alumnos como Ángel Sánchez Hardinguey, entre otros.  “Recuerdo -dice- una entrevista que le formulé dentro del agua al ministro Fraga y al embajador Duke. Tuve que ser muy astuta porque  no permitían acercar la grabadora de mi compañero José Miguel Fernández”.

Martínez Navarro vivió el periodismo desde pequeña dado que su padre, Juan Martínez Martimar, fue un mítico periodista del decano de la prensa provincial. Martimar fue redactor jefe y director en funciones durante algún tiempo de La Voz de Almería así como director de Hoja del Lunes. “Quiero destacar a dos añorados reporteros gráficos como  el de La Voz de Almería José Mullor, padre de Pepe Mullor, y Diego Guirao, corresponsal de la agencia Cifra (en la actualidad agencia EFE), que se metieron en el agua”.

Dejó el periodismo radiofónico dado que se presentó a unas oposiciones de la Administración que compatibilizó como corresponsal de RNE y EFE hasta 1983. Ha sido funcionaria durante el último medio siglo en el Gobierno Civil. Ha visto de todo en esa casa, como la persecución por informar de los conflictos de la pesca o los silencios tras el Caso Almería y el asesinato del estudiante Verdejo por intentar pintar Pan, Trabajo y Libertad.