Camino de la irrelevancia

Antonio Felipe Rubio
Periodista

Tras quince días de intensa promoción en medios de comunicación tradicionales y redes sociales se celebró la concentración-manifestación inspirada por la Mesa del Tren. A la citada convocatoria se unieron los principales partidos políticos -casi todos-, sindicatos, FAAM, Murgi, Coag, Autoridad Portuaria, Consorcio de Transportes, Asociación de Periodistas, Izquierda Unida que “movilizó” sus bases de El Ejido…

Por un tren digno

En fin, tras la exposición cualitativa, vayamos a los números. Según la Policía Local, 400; según los convocantes, 1 000. Ahora, apliquemos sencillas reglas aritméticas y matemáticas. Media aritmética de la disparidad de cifras = 700. Porcentaje de participación en relación a una población de doscientos mil habitantes = 0,35%. Apliquemos asignación cuantitativa a cada uno de los agentes convocantes: PP, PSOE, C´s IUCA, Podemos, UPyD, Equo; sindicatos (como mínimo CC OO), así como las asociaciones anteriormente citadas, arrojan una cantidad de 16 entidades convocantes que se reparten a razón de unos 43 manifestantes por agente convocante (una fiesta infantil de cumpleaños).

Ahora practiquemos el “odioso” ejercicio de las comparaciones. Granada, 250 000 habitantes; primera convocatoria contra la reforma sanitaria del SAS auspiciada por Spiriman, 80 000; porcentaje de participación, 32%. A estas cifras hay que restar la escasa ayuda mediática (sólo redes sociales), así como el nulo apoyo de instituciones, partidos políticos y sindicatos. Es más; en las posteriores convocatorias que alcanzaron los 100 000, la Junta de Andalucía hizo su “trabajo” para desalentar al sedicente médico granadino y sabotear las convocatorias desde el silencio mediático impuesto. En materia sanitaria cabe destacar el apoyo a la “manifestación” del Partido Popular de Almería reclamando el Materno-Infantil: ocho personas. Porcentaje, 0,004%.

¿Almería es indiferente, apática, indolente? No lo creo. La impresionante manifestación por el asesinato de Miguel Ángel Blanco sacó a toda Almería a la calle con sólo 12 horas de capacidad de reacción. Recuerden aquella masiva con el cartel de “¡Porta a la Horca!”. Claro, era cosa de futbol… ya saben eso de las prioridades. Pero Almería también se echa a la calle en Semana Santa, Noche en Blanco y en Negro… y hasta se agota la sémola cuando amenaza lluvia.

"Que el PP o el PSOE (con europarlamentaria) hayan arrastrado 43 manifestantes a la concentración reivindicando las tan necesarias infraestructuras ferroviarias es, sencillamente, decepcionante"

El dopaje político y la escasa convicción han socavado acendradas tradiciones traicionadas por el sectarismo y el desprecio por la identidad. Da vergüenza extraer porcentajes de participación del Día del Pendón, Los Coloraos, Navidad… y cualesquiera actividades tradicionales que han sido dopadas y malparadas por el sectarismo, la ideología dominante y sus perversiones históricas. Que el PP o el PSOE (con europarlamentaria) hayan arrastrado 43 manifestantes a la concentración reivindicando las tan necesarias infraestructuras ferroviarias es, sencillamente, decepcionante. Peor aún, cuando se trata de reclamar una unidad de Talgo adaptada para discapacitados. Vergüenza les debería dar a estos gobiernos exigir con fuertes sanciones la eliminación de trabas en un restaurante de barrio y, por el contrario, impiden el acceso al único tren con Madrid a un usuario en silla de ruedas. Esto no es para una manifestación, es para llevarles a los tribunales de justicia.

Estas enérgicas declaraciones y sospechosas unanimidades esconden el típico postureo para confundirse con el paisaje. Almería necesita un “Spiriman” sin filiación política, con independencia y redaños suficientes para sortear la ley del silencio y el vasallaje impuestos a una sociedad que carece de músculo. Ese músculo social permanece atrofiado por el sectarismo que alcanza y contamina a las instituciones y organizaciones amenazadas o/y estipendiadas.

Sólo la verdad y la convicción moverán la masa civil. Hasta ahora, líderes políticos, sindicalistas, presidentes de instituciones y allegados afectos han protagonizado “su” homenaje al protagonismo y a la hipocresía. Sigan así, y pasaremos de la anécdota a la bochornosa irrelevancia.