Félix de la Fuente Pascual
Secretario de Acción Política de CILUS
Supongo que los defensores de la integración europea no están muy contentos estos días. Estamos en trámites de divorcio con Gran Bretaña, y de un divorcio peleón. Una ruptura matrimonial no es algo muy agradable en sí, pero menos lo es un matrimonio mal avenido. Y esta es la pura realidad: Gran Bretaña nunca se llevó bien con la UE. No fue un matrimonio por amor, sino por interés, un matrimonio que –no es la primera vez que lo digo – nunca debería haberse celebrado.
Gracias, Europa |
Por eso, este asunto debemos olvidarlo para centrarnos en algo más positivo, en lo que ha significado y significa la UE para los países europeos y, en especial, para nosotros los españoles. Y si somos sinceros, aunque todavía hay muchos errores e injusticias por corregir, tenemos que gritar bien alto Gracias, Europa por tantas cosas buenas:
Gracias, Europa, por habernos proporcionado 60 años de paz. Ha habido mucha sangre en España en estos últimos 60 años, es verdad, pero también en esto nos ha ayudado Europa, y no ha sido una guerra fratricida a la que tan acostumbrados estamos los españoles. Gracias, Europa, por habernos ayudado a consolidar nuestra democracia, que aunque todavía deje mucho que desear, sin el control de Europa sería aún más débil. Gracias, Europa, por recordarnos constantemente que no puede haber discriminación por razón de la nacionalidad que uno tiene, lo cual se contradice con la discriminación que tenemos en España por razón de la regionalidad.
Gracias, Europa, por haber derribado fronteras, mientras otros intentan levantarlas
Gracias, Europa, por haber derribado fronteras, mientras otros intentan levantarlas. Gracias, Europa, porque muchos jóvenes españoles han podido encontrar en Europa el trabajo que buscaban en España. Gracias, Europa, por haber contribuido y estar contribuyendo a que desaparezcan situaciones de injusticia, que nuestros gobernantes no se habían atrevido a abordar: cláusulas suelo, la estiba, energías renovables... Gracias Europa, por la defensa de los derechos humanos, aunque nos gustaría que el Parlamento Europeo se atreviera a tomarse más en serio la defensa de los derechos humanos dentro de los países de la Unión.
Gracias, Europa, por los sistemas de la seguridad social, por el programa Erasmus, por el Euro, por los visados y controles desaparecidos. Gracias, Europa, por habernos hecho perder a los españoles el complejo de inferioridad y también el de superioridad. Gracias, Europa, por mostrarnos que hay caminos pacíficos para resolver los conflictos. Gracias, Europa, por haber hecho de la solidaridad, al menos teóricamente, uno de tus principios fundamentales. Gracias, en fin, por tantas cosas buenas que ahora vemos como normales pero que te las debemos a ti.