El problema de Bantierra y el modelo de Cajamar

Emilio Ruiz

Las cajas rurales españolas se organizan en torno a dos grupos: el Grupo Caja Rural, que reúne a 73 entidades con 2.700 oficinas, 9.000 empleados y activos por alrededor de 59.000 millones de euros,  y el Grupo Cooperativo Cajamar, que tiene 19 entidades, 1.200 oficinas, 6.000 empleados y activos por importe cercano a los 40.000 millones. A simple vista parecen dos grupos de cooperativas de crédito de idénticas o similares características. No es así. La realidad es que mientras el Grupo Caja Rural no es más que una asociación de cajas rurales soberanas en sus decisiones que comparten ciertos servicios, el Grupo Cooperativo Cajamar es un grupo de entidades que no solo comparten servicios, sino que consolidan y mutualizan resultados. La diferencia es importante: unas ‘responden’ sólo por sí mismas mientras otras, las de Cajamar, tienen el amparo y la garantía de las demás entidades de su grupo.

El autor de este artículo, Emilio Ruiz, con el presidente de Cajamar, Eduardo Bahamonde

Lo sucedido ahora con Bantierra, la Caja Rural de Aragón, muestra el acierto de Cajamar al establecer un modelo de organización completamente diferenciado del arcaico modelo de las cajas del Grupo Caja Rural. Bantierra es la cooperativa de crédito resultante de la fusión de Multicaja y Cajalón. Sus activos rondan los 5.500 millones de euros. Los problemas de solvencia se le acumulan desde hace años. Hasta ahora, estos problemas han sido llevados de manera discreta y resueltos gracias al apoyo del resto de cajas ‘hermanas’. Al ser Caja Rural un grupo no consolidable, estos apoyos se han prestado de forma individual. Pero como estas cajas tampoco están para ‘tirar cohetes’, la mayoría de ellas se ha plantado ante nuevas peticiones de ayuda y han venido a decir que “hasta aquí hemos llegado”.

"El Grupo Caja Rural y, sobre todo, su entidad más importante, Caja Rural de Navarra, han anunciado un supuesto acuerdo de acudir al rescate de Bantierra con la inyección de capital por importe de 328 millones de euros"

La situación de Bantierra preocupa al Banco de España. Para no alarmar al sector y a la opinión pública –harta de pagar con su dinero rescates bancarios-, el Grupo Caja Rural y, sobre todo, su entidad más importante, Caja Rural de Navarra, han anunciado un supuesto acuerdo de acudir al rescate de Bantierra con la inyección de capital por importe de 328 millones de euros. Pero la decisión de participar en ese rescate en última instancia a quien corresponde es a todas y cada una de las cajas, por separado. Y algunas, ya digo, no están por la labor.

"A los dirigentes de Cajamar aún se les ponen los pelos de punta cuanto tienen que recordar las penalidades sufridas en 2012 con la absorción de la valenciana Ruralcaja"

El Banco de España está sondeando al sector para ver si encuentra a alguien dispuesto a asumir la entidad aragonesa. Las sugerencias llegadas hasta la Plaza Barcelona de Almería han sido rechazadas de plano por los rectores de Cajamar. La incorporación de Bantierra a Cajamar supondría para nuestra cooperativa de crédito incrementar sus activos en torno a un 10 por ciento. Escaso valor para tanto riesgo. A los dirigentes de Cajamar aún se les ponen los pelos de punta cuanto tienen que recordar las penalidades sufridas en 2012 con la absorción de la valenciana Ruralcaja, una absorción afrontada ‘a pulmón’ que ha lastrado sus cuentas durante varios años. Eduardo Bahamonde lo ha vuelto a repetir, ahora en León: Cajamar cree que su modelo es el adecuado para garantizar el futuro del sector y “tenemos mentalidad de puertas y vocación de seguir incorporando más, pero la integración no es un objetivo en sí mismo”.