Félix
de la Fuente Pascual
Lo malo no es que Gran Bretaña se haya salido de la UE, ni es que los partidos “ultras” estén a punto de llegar al poder y que amenacen con abandonar el proyecto europeo. Lo malo es que los partidos que dicen defender la integración europea son mucho más “nacionalistas” que “europeístas” y no están convencidos de la necesidad de una unión política. Defienden una Europa de naciones, no de ciudadanos; una Europa económica, no social; una Europa egoísta, no solidaria; una Europa en la que poder ir colocando a todos sus subordinados y amigos. Defienden una Europa en la medida que favorece a su partido. Y esto se puede aplicar tanto a los que se dicen de izquierdas como a los partidos de centro y de derechas. No están convencidos de lo que predican. Llevan 60 años dirigiendo la UE y lo único que han conseguido es desprestigiar al probablemente mayor proyecto integrador y solidario de los últimos siglos.
La Europa de los políticos puede ser que esté muerta, pero no la Europa de los ciudadanos |
La figura de Theresa May, la premier inglesa, abogando tímidamente por la permanencia de Gran Bretaña en la UE antes del Brexit y defendiendo después el Brexit con uñas y dientes la ruptura total, podría ser la foto de muchos de nuestros políticos. No necesitamos este tipo de defensores que hoy defienden una idea y mañana la contraria. “Qué tiempos aquellos en que uno de los máximos defensores de la Unión Política de Europa representaba al Partido Comunista en el Parlamento Europeo”. Me estoy refiriendo a Altiero Spinelli. Hubo un tiempo en que tanto los comunistas como los socialistas y los demócrata-cristianos estaban totalmente de acuerdo en la necesidad de una integración europea. Veían que este proyecto tenía mucho de solidaridad, algo que concuerda plenamente tanto con el verdadero comunismo como con el verdadero cristianismo y el verdadero socialismo. Quizás ahora no podamos aplicar a estos partidos el adjetivo “verdadero”.
Prisionero en la isla de Ventotene, donde se encontraba por oponerse al régimen fascista italiano, redactó Altiero Spinelli el famoso manifiesto “Por una Europa libre y unida. Proyecto de manifiesto”. Y lo hizo en papel de fumar para no ser descubierto. Era el año 1941. Entretanto, los europeos no hemos alcanzado la unidad y estamos a punto de perder la poca libertad de que gozábamos. Estados Unidos, Rusia y China nos están imponiendo sus valores, su forma de vida y su capitalismo feroz y antidemocrático y están acabando con toda nuestra protección social.
"El ciudadano europeo se ha empezado organizar, pero sin querer saber nada de los partidos políticos, de los que se siente abandonado, si no traicionados"
"El ciudadano europeo se ha empezado organizar, pero sin querer saber nada de los partidos políticos, de los que se siente abandonado, si no traicionados"
El ciudadano europeo se ha cansado de esperar. Pasan veinte años, al menos, durante los cuales los partidos políticos están viendo impasibles cómo se está desmontado el proyecto europeo. El ciudadano europeo se ha empezado organizar, pero sin querer saber nada de los partidos políticos, de los que se siente abandonado, si no traicionados. Listas alternativas a las de los partidos políticos para las elecciones al Parlamento Europeo, listas de personas defensoras de la Unión Política Europea, pertenecientes a los diversos países, que demuestren a los partidos tradicionales que no confiamos en ellos y que no son ellos los que nos tienen que proponer quiénes nos deben representar: este podría ser uno de los primeros pasos.
Lógicamente estas listas serán declaradas nulas, pero les habremos demostrado que somos muchos millones los que queremos la UNIÓN POLÍTICA. Porque aunque seamos muchos los que no queramos esta Europa, somos muchísimos más los que queremos otra Europa. Es hora de unir fuerzas: EU I CAN, PULSE OF EUROPE y otros muchos movimientos están surgiendo por toda Europa. A estos deberían unirse también los ciudadanos de la UE residentes en el Reino Unido y los ciudadanos británicos que votaron a favor de la permanencia y están residiendo en países de la UE. La Europa de los políticos puede ser que esté muerta, pero no la Europa de los ciudadanos.