In memoriam: Padre Antonio Felices

José Antonio
Barrera Espín

Nos ha dejado Antonio Felices Álvarez (Pechina, 5 de enero de 1943), sacerdote, cura párroco de la iglesia de San Luis Gonzaga, de Almería, que allá por el año 1969 del pasado siglo llegaba a Vícar. En ese año echaba a andar el poblado construido por, en aquella época, Instituto Nacional de Colonización al que se le puso el nombre de La Puebla de Vícar.

Padre Antonio

Eran años difíciles para un pueblo que no era pueblo, al menos como lo concebíamos los que habíamos emigrado de otros (en mi caso, Adra). Toda la gente vivía en el diseminado, en los carriles junto a las tierras que cultivaban. Los niños dejábamos muy pronto la escuela. Apenas había servicios públicos, y cuando los requeríamos había que hacerlo a través del municipio vecino de Roquetas.

En ese contexto llegó Antonio Felices, y desde el primer momento tuvo claro cual tenía que ser su labor, la cultura en todas sus dimensiones. Creó escuelas nocturnas para la alfabetización a través de la educación de adultos, fomentó la socialización de una sociedad muy individualizada e interiorizada de puertas adentro, dinamizó el asociacionismo y convirtió la parroquia en un lugar de encuentro para el aprendizaje de jóvenes y mayores. Eso ha hecho que una gran cantidad de personas de nuestro municipio siempre hayamos tenido un sentimiento de gratitud hacia su persona. Hoy nos ha dejado, pero su recuerdo estará siempre presente.