Emilio Ruiz
Unicaja Banco, la más importante entidad financiera de Andalucía, controlada por Fundación Unicaja - hasta el viernes en un 86,7 por ciento y desde el viernes en un 51,7 por ciento-, ha debutado en el mercado bursátil con notable éxito: empezó cotizando a 1,10 euros la acción y cerró la jornada a 1,17 euros, un 6,36 por ciento más. Con el estreno en el parqué Unicaja ha captado 660 millones de euros que le van a servir para devolver los 604 millones recibidos en ayudas por Ceiss (el banco resultante de la unión de las antiguas cajas de ahorros castellano-leonesas España y Duero, que absorbió en el 2014), así como comprar al FROB por 62 millones su participación en esa entidad.
Unicaja cotiza en bolsa |
El exitoso debut en bolsa de Unicaja se ha conseguido a pesar de que ha tenido que conformarse con colocar sus acciones al precio más bajo del rango establecido en el folleto de salida a bolsa (que estaba entre 1,10 y 1,40 euros la acción) y de que el precio de partida era bastante bajo, solamente 0,47 veces su valor en libros. Es significativo que la demanda de acciones ha procedido en un 50 por ciento de Estados Unidos, en un 36% del resto del mundo (principalmente Londres) y solamente en un 13% de España. En general el sector bancario español genera más confianza fuera que dentro de España.
"En el caso de las cajas rurales andaluzas un primer paso que considero urgente pasa por eludir ambiciones territoriales provincianas y reforzar nuestra presencia en el sector en torno a Cajamar, la primera caja rural que supo tener la visión del futuro al que ahora hemos llegado"
"En el caso de las cajas rurales andaluzas un primer paso que considero urgente pasa por eludir ambiciones territoriales provincianas y reforzar nuestra presencia en el sector en torno a Cajamar, la primera caja rural que supo tener la visión del futuro al que ahora hemos llegado"
Había muchas incertidumbres sobre el éxito de esta operación. El sector financiero español acababa de vivir en los últimos días ciertos momentos de presión que podían hacer fracasar el propósito de Unicaja: la adquisición de Banco Popular por Banco Santander por un euro, la compra de BMN por Bankia a un precio inferior al de Unicaja (0,41 veces su valor contable frente a las 0,47 de la andaluza) y el desplome en bolsa de Liberbank, el banco procedente de cajas de ahorros que siempre se ha considerado comparable a Unicaja.
Estos importantes acontecimientos producidos en los últimos días dentro del sector financiero español, entre los que también hay que incluir el decreto del Gobierno de regularización de las cooperativas de crédito, no pueden interpretarse como el punto final de su reestructuración. Ni mucho menos. El Banco Central Europeo y el Banco de España detestan la existencia de entidades de poca envergadura y endurecerán cada vez más sus exigencias hasta conseguir que el sistema español se polarice en torno a media docena de entidades. Una próxima fase de este deseo de concentración pasa por incentivar la fusión de entidades hasta eliminar las que no superen al menos los 100.000 millones de euros por volumen de activos.
Antes de iniciarse la crisis del sistema financiero español, Andalucía era un avispero de pequeñas cajas de ahorros y cajas rurales diseminadas por las ocho provincias. El proceso de concentración ha dejado solo dos entidades, Unicaja y Cajamar, que, por su volumen de activos, son supervisadas por Europa. Pero ninguna de las dos ni siquiera cubre ese listón de los 100.000 millones. La conclusión es lógica: o ambas se hacen más grandes o corren el riesgo de verse inmersas en turbulencias. En el caso de las cajas rurales andaluzas un primer paso que considero urgente pasa por eludir ambiciones territoriales provincianas y reforzar nuestra presencia en el sector en torno a Cajamar, la primera caja rural que supo tener la visión del futuro al que ahora hemos llegado.