Eric Úbeda
Levante
Mas de 4.000 personas disfrutaron anoche del concierto de David Bisbal en el estadio El Clariano de Ontinyent, dentro de las fiestas de Moros i Cristians de la capital de la Vall d´Albaida. El cantante almeriense presentó Hijos del mar, su último trabajo discográfico ante un público volcado, que coreó las canciones de este disco y de los anteriores, un concierto donde no faltaron los temas más conocidos del artista salido de Operación Triunfo.
Bisbal, en Omteniente |
Con extrema puntualidad, a falta de un minuto para las once de la noche —hora prevista de inicio del concierto— se apagaban las luces y la euforia se apoderaba de los asistentes. La música comenzó a sonar mientras sobre las pantallas se proyectaban figuras geométricas y unos cubos de color rojo se encendían para dar la bienvenida a David Bisbal. Mi norte es tu sur, una de las canciones de su último disco, abría el concierto, con un brillante espectáculo, con gran despliegue de luz, color, sonido y efectos visuales que entusiasmaba al público, que eufórico gritaba y animaba con palmas el arranque del concierto. Un excelente recibimiento para el exconcursante de Operación Triunfo.
Tras Mi norte es tu sur sonaba una de las canciones más aclamadas del nuevo disco, Antes que no, en la que el Clariano entero coreó a capela el estribillo. «Esta os la sabéis bien, Ontinyent» proclamaba David Bisbal, en sus primeras palabras al público ontinyentí, para anunciar la canción Esclavo de sus besos. La pantalla proyectaba un gran cerebro con varios colores y fondo psicodélico, mientras el cantante alargaba los versos del tema cantando «cuanto te quiero Ontinyent».
A su fin, Bisbal se dirigía a los asistentes: «Ahora sí, bona nit, buenas noches a todos. A mi gente bonita de Ontinyent. Recuerdo perfectamente la última vez. Es un placer volver. Este concierto será diferente. Os la dedico» dijo antes de cantar Quiero perderme en tu cuerpo, un tema de su primer disco, Corazón Latino (2002).
El momento intimista llegó con Culpable, canción que interpretó acompañado únicamente por una guitarra acústica; y El ruido, en el que Bisbal desplegó un gran potencial vocal y acabó casi a oscuras, con iluminación solo sobre él, con un final muy íntimo. Sin descanso encadenaba Sí pero no —con la que el cantante animaba al público: «venga Ontinyent, ahora p´arriba pero con elegancia»—, un tema del disco Tu y yo (2014) al que siguió otro del mismo álbum, Diez mil maneras, en el que Bisbal se multiplicó en la pantalla con un cubo de Rubik gigante con caras del almeriense.
Bisbal se animaba a hablar en valenciano: «València te vull», para explicar que la gira de Hijos del mar apuesta por el sonido electrónico, que dominó la primera parte del concierto, pero también por el acústico, con el que inició la segunda. Al cierre de esta edición el concierto encaraba esta segunda parte, con temas de su último disco y de los anteriores.
Un concierto que atrajo a público de todas las edades, aunque abundaban los de entre 30 y 40 años y niños acompañados de sus padres, y en el que no faltaron las medidas de seguridad. Una decena de policías con escopetas controlaban el acceso y cuatro vehículos policiales cerraban la calle principal del Clariano.
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