El consorcio de basuras Almanzora-Levante o el hotel de los líos

Emilio Ruiz

➤➤El Consorcio Almanzora-Levante-Vélez para la Prestación del Servicio de Recogida y Tratamiento de Residuos Sólidos Urbanos y Agrícolas, que es el ente público que presta los servicios que indica en su nombre a prácticamente media provincia (45 municipios en concreto) lleva camino de convertirse en el hotel de los líos. En esa larga carrera que ha emprendido hacia lo absurdo ayer alcanzó una nueva cota: el alcalde de Cuevas del Almanzora, Antonio Fernández Liria, consiguió del pleno de su corporación el acuerdo de que en adelante fuera él mismo quien representara al municipio en la junta general del Consorcio y no el concejal de Ciudadanos, Indalecio Modesto. El voto que antes le faltaba al alcalde se lo ha dado el exconcejal del PP José Segura, ahora en el grupo de los no adscritos, mediante una calculada actitud de afirmación/abstención/ausencia.

¿El hotel de los líos?

Lo que pudiera parecer un acuerdo de puro trámite supone nada menos que la alteración del equilibrio de fuerzas en la entidad y, por consiguiente, la posible entrada en un periodo de cambios y convulsiones. Recordemos que en el Consorcio hay un casi milimétrico equilibrio de fuerzas entre el PSOE y el PP que en enero de este año se inclinó a favor del Partido Popular gracias al voto -o a la abstención, que en la práctica vino a ser lo mismo- del concejal de Ciudadanos, que llegó a la junta general con un supuesto acuerdo bajo el brazo con los socialistas que después no se materializó en las votaciones. Ya entonces llovía sobre mojado, pues la votación para la elección de la presidencia del Consorcio tuvo que repetirse tras una sentencia judicial que concluyó que la votación de septiembre de 2015 fue ilegal al otorgar un voto a cada uno de los 46 municipios sin que se ponderara el peso poblacional de cada uno de ellos.

Tras la alborotada asamblea de enero todos los partidos tuvieron acusaciones para todos: el PP tildó al PSOE de pardillo; el PSOE, a C’s, de traidor, y C’s al PSOE de incumplidor. El caso es que PP y Ciudadanos conformaron un nuevo equipo de Gobierno dejando de nuevo a los socialistas en la oposición, un lugar que, según éstos, no les pertenece ni por número de habitantes ni por número de municipios sobre los que tienen la responsabilidad de gobierno. En base al acuerdo PP-C's fue reelegido presidente el alcalde de Olula del Río, Antonio Martínez (PP).

 “Los alcaldes socialistas ya no confiamos en los compañeros de viaje con los que fundamos este consorcio”, fueron entonces las palabras de Juan Antonio Lorenzo, alcalde de Serón y portavoz del PSOE en la Diputación de Almería, a la vez que anunciaba que los 26 pueblos socialistas iniciaban un proceso de huida de la organización. A día de hoy se desconoce el número de municipios que formalmente han solicitado la salida del Consorcio. Cinco de ellos cuentan con el acuerdo de sus plenos para iniciar el proceso: Serón, Arboleas, Vélez-Blanco, Cantoria y Vera.

¿Qué sucederá a partir de ahora con esta alteración del equilibrio de fuerzas a raíz del cambio de representante producido en Cuevas del Almanzora? Nadie lo sabe, pues el hecho se produjo ayer mismo, pero todo el mundo lo supone: petición por la nueva mayoría de una junta general, propuesta de cambio de equipo directivo… y vuelta a empezar. Los socialistas consideran que lo sucedido de aquí para atrás ha sido un cúmulo de tretas del Partido Popular para conseguir el control del consorcio a cualquier precio; “por lo civil o por lo militar”, según un alcalde del PSOE. “En modo alguno vamos a renunciar a lo que creemos que democráticamente nos pertenece, que es la mayoría de la dirección del Consorcio”, según Cristóbal García Granados, alcalde de Arboleas y propuesto a presidente por los socialistas.

¿Están los alcaldes del Partido Popular dispuestos a reconocer la mayoría socialista o presentarán batalla hasta donde las fuerzas les aguanten? Pues posiblemente sí, presentarán batalla. En este caso, el futuro del Consorcio vuelve a ser más incierto que nunca. Excepto que, de una vez por todas, la cordura se imponga y los actores acuerden echar abajo el telón de las disputas. Al fin y al cabo, tampoco será para tanto: son basuras lo que se administran. ¿O sí es para tanto?  

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