Liderazgo agrícola a cambio de nada

Armando García
Director de AG Comunicación


El campo va bien, o eso dicen. El avance de resultados de la campaña ofrecido hace unos días por la Junta confirma que el valor de la producción hortofrutícola almeriense ha crecido un 19%, alcanzando la respetable cifra de 2.400 millones de euros. Es decir, que la agricultura almeriense genera cada vez más valor y se consolida como el principal sostén económico de la provincia y principal fuente de generación de empleo. Aunque este año la ola de frío ha influido en tan óptimos resultados, no es una excepción el hecho de que el mar de plástico almeriense genere cada vez más valor económico y logre que Almería sea el líder agrario en España.

Sandías de Almería

Pero es obligatorio que nos preguntemos si recibimos de las Administraciones inversiones proporcionales. Si les interesa esta cuestión, no tiene desperdicio la reflexión de Jerónimo Molina, difundidas con motivo del 40 aniversario de Coexphal, la asociación de la que fue gerente durante doce años. Habla de dos realidades contrapuestas, un territorio único donde los invernaderos más avanzados de Europa están rodeados de un entorno tercermundista. No solamente estoy de acuerdo en la forma del concepto sino también en el fondo. Una vez más, se nos recuerda que la ínfima inversión pública que recibe nuestra provincia se debe, en el fondo, a nuestra ubicación geográfica y a nuestro escaso peso demográfico.

Solo hay que mirar las infraestructuras ferroviarias, de salud o el pavimento de la A-7 para sentirse invadido por esa sensación de recibir inversiones públicas al ralentí

Estos dos aspectos juegan en nuestra contra cuando los políticos deciden con criterios electoralistas donde gastar dinero. En Almería no se juegan mucho, no hay mucho que perder en comparación con la cifra de habitantes de otras provincias, y esto influye negativamente para conformar la realidad que padecemos. Solo hay que mirar las infraestructuras ferroviarias, de salud o el pavimento de la A-7 justo hasta Murcia, para sentirse invadido por esa sensación de recibir inversiones públicas al ralentí de las mismas Administraciones que reservan sus mejores acelerones para otras zonas.

No crean que es un fenómeno reciente. El abandono que sufre Almería no es un invento de ningún partido político actual, sino más bien una inercia establecida que se remonta siglos atrás. Lo peor es que en la era de internet, las comunicaciones instantáneas y la globalización se nos siga atendiendo con el ritmo propio de otras épocas, cuando los proyectos viajaban en diligencia y los presupuestos se contaban en reales de vellón.

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