Emilio Ruiz
El sábado pasado, a la hora en la que el programa de Carlos Herrera en la Cope hace un descanso para el rezo del ángelus –podría haber dicho a las doce del mediodía, pero queda más piadoso de esta forma- presentaron sus avales los afiliados del PSOE de Andalucía que tienen intención de optar al cargo de secretario general provincial del partido. Tras el holgado triunfo de Pedro Sánchez en las primarias a nivel federal, sus seguidores andaluces han hecho un gran esfuerzo por conseguir un doble objetivo: el primero, presentar candidatos propios en las ocho provincias, y el segundo, arrebatar a los susanistas todas las provincias posibles.
Avales para los tres |
Culminada la primera fase del proceso se puede afirmar que el sanchismo se ha rendido ante el susanismo en Andalucía. Una impresión de muchos socialistas andaluces va camino de verse hecha realidad: son miles los militantes del PSOE que no juegan al dualismo sanchismo-susanismo y sienten como un modelo adecuado la presencia de Pedro Sánchez en la secretaría general del PSOE y la de Susana Díaz en la secretaría general del PSOE de Andalucía. Esta situación de bicefalia política conduce a ambos a la práctica de un intenso y permanente diálogo. Así que las espadas en alto, si alguna vez las tuvieron (en mi opinión siempre las tuvieron), ahora van a tener que bajarlas permanentemente.
Haber llegado a este momento con avales suficientes para presentar candidatos nada más que en Almería y Málaga es un fracaso sin paliativos de los sanchistas
Haber llegado a este momento con avales suficientes para presentar candidatos nada más que en Almería y Málaga es un fracaso sin paliativos de los sanchistas
Finalizado el proceso de presentación de avales ha resultado bastante sorprendente la escasa fortaleza política de los seguidores de Pedro Sánchez en Andalucía, ya digo. Haber llegado a este momento con avales suficientes para presentar candidatos nada más que en Almería (Antonio López Olmo) y en Málaga (Rafael Fuentes, exportavoz socialista en el Ayuntamiento de la capital malagueña) es un fracaso sin paliativos. En las otras seis provincias andaluzas ninguno de sus candidatos ha logrado presentar el 20% de avales necesarios. En Granada hay dos candidatos, pero ninguno de ellos es el secretario general de la Agrupación Local del PSOE de la capital, José María Rueda, que apoyó a Pedro Sánchez en las primarias del PSOE federal celebradas en mayo y que pasaba por ser el candidato sanchista. Ahora se entiende por qué se insistía tanto en el 3 por ciento. ¿Qué ha sido de los casi 9.000 avales que el nuevo secretario general consiguió en la tierra de Susana Díaz? Insisto: los socialistas andaluces están por la bicefalia. Por la cohabitación.
En Almería la fortaleza de los tres precandidatos hacía presagiar que no iban a tener obstáculos para conseguir el millar de avales que necesitaban. José Luis Sánchez Teruel (que ha presentado 2.092), por razones evidentes. Antonio López Olmo (1.039), por tener el apoyo de los sanchistas, bastante fuertes principalmente en la capital. Y Juan Carlos Pérez Navas (1.129), porque es un dirigente provincial de reconocida aceptación en las bases socialistas. El candidato sanchista se ha sorprendido por la enorme participación de los afiliados a la hora de prestar avales. El 96,4 por ciento, señala. Tras depurar las duplicidades, ese porcentaje ha bajado algo, pero en cualquier caso la participación es muy alta. Tan alta que no faltan los malpensados.
¿Mantendrán su candidatura los tres candidatos electos hasta que llegue el momento del depósito del voto, el 1-O? Todas las posibilidades están abiertas. Rectifico: todas, menos una. No es posible el acuerdo Teruel-Olmo. Pero las otras dos variantes, posibles son. Saberlo es cuestión de unos pocos días.
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