Félix
de la Fuente Pascual
➤➤ No prestar atención en estos días a la preocupación que tenemos todos los españoles, y sobre todo los que vivimos en Cataluña, puede parecer frívolo e irresponsable, pero los que estamos dentro del huracán empezamos a estar hartos tanta palabrería y de tantas propuestas ingeniosas pero vacías, mientras los otros siguen actuando. No es tanto el 1 de octubre lo que me preocupa, sino el cómo curar las heridas profundas que se han ido abriendo durante 15 años en la sociedad catalana. Me preocupa el día después. El 1 de octubre no tendrá efectos jurídicos, pero está teniendo y tendrá efectos psíquicos y sociales. Como contribución a la cura de estas heridas, ahí van estas ideas sueltas desde la perspectiva del marco jurídico de la UE en que estamos viviendo. No es que mi europeísmo me impida ver los defectos del proceso de unificación europea, pero en muchos aspectos nuestra democracia española está en evidente contradicción con ideas fundamentales de la UE y sería bueno que las tuviéramos en cuenta, si queremos llegar al fondo de los problemas de España.
Sin igualdad no hay democracia |
Sin igualdad entre los ciudadanos no hay democracia, y, sin solidaridad, no hay paz. Uno de los principios básicos de la UE y cuya violación ha dado lugar a muchas sentencias condenatoriaspor parte del Tribunal de Justicia de Luxemburgo es la No-discriminación por razón de la nacionalidad (posibilidad de acceso de todos los ciudadanos de la UE a los puestos en las administraciones públicas de todos los países en igualdad de condiciones, peajes que Alemania quería imponer a los vehículos de otros países,etc). Podrá haber excepciones para ciertas regiones que están en situaciones de pobreza, de lejanía, de paro, peo estas excepciones no son privilegios, sino actitudes de solidaridad de las regiones más prósperas hacia las regiones menos ricas. Además, estas excepciones se aplican a todas las regiones que cumplen con ciertos requisitos, independientemente del país al que pertenezcan.
En esta misma línea de solidaridad, están las ayudas s de la UE a los países más pobres. Y España, hasta la entrada de Polonia, ha sido el país que más se ha beneficiado de la solidaridad europea (Fondo Social Europeo, Fondo Europeo de Desarrollo Regional -FEDER- Fondo se Solidaridad entre otros) La solidaridad es un principio fundamental de toda democracia. En todos los países se ve como la cosa más normal que las regiones ricas ayuden a las pobres y que las rentas más elevadas paguen más impuestos. En todos los países menos en España. Baviera era una de las regiones más pobres de la antigua Alemania Federal y gracias a la solidaridad pasó a ser una de las regiones más industriales del país.
Puede ser que la falta de solidaridad -que es enorme- entre las diversas regiones de España no sea suficiente para demandar a nuestro país ante el Tribunal de Luxemburgo o para retirarle el derecho de voto en el Consejo de la Unión, pero LA DISCRIMINACIÓN entre las diferentes regiones españolas, en mi opinión, SÍ LO ES. Los privilegios, ya se funden en motivos históricos, religiosos, económicos o de raza, son algo diametralmente opuesto a la democracia. Hace ya varios siglos que la noblezael cleroperdieron los suyos. Los privilegios son, además, un anacronismo. Querer solucionar el problema catalán otorgando a Cataluña los privilegios de que disfrutan otras regiones, es absolutamente antidemocrático.
Es hora, por tanto, de que desaparezcan en España todo tipo de privilegios, tanto los de los partidos políticos, como los de las regiones. Puede ser que en los inicios de nuestra reciente democracia fueran necesarias las excepciones, pero las excepciones no pueden durar siempre.
Sin igualdad y sin solidaridad nuestra democracia no merece el nombre de tal y debería ser denunciada ante la Unión Europea.
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