Antonio Felipe Rubio
Periodista
El alcalde de Almería ha
tenido la desafortunada ocurrencia de repartir 1.000 ejemplares de bandas con
los colores de la Bandera de España. La operación de reparto gratuito de estas
banderolas ha trastocado el erario público con la ingente cantidad de unos 4.500 euros, y se agrava el trastorno cuando la finalidad de tal iniciativa se
circunscribe a animar a los ciudadanos a festejar el Día de la Hispanidad (Día
de España)… y ya han aparecido las mezquinas reacciones. Con los sucesos de Cataluña
hemos visto a estos neo-partisanos que no sólo han conseguido despreciar la
Bandera de España; han logrado apestar su propia Señera y la han subvertido con
una estrella en fondo azul que nos recuerda las “repúblicas democráticas” norcoreanas
y bolivarianas.
La iniciativa del alcalde de regalar mil banderas ha excitado las reacciones del sector progresista, muy atento a las irregularidades que se produzcan por este tipo de decisiones que pueden esconder partidismo y discrecionalidad
La iniciativa del alcalde de
regalar a la ciudadanía mil banderas ha excitado las reacciones del sector progresista, muy atento a las irregularidades que se produzcan por este tipo
de decisiones que pueden esconder partidismo y discrecionalidad. Ya saben
aquello de piensa el ladrón… La acción del alcalde, precedida de un bando
instando a los ciudadanos a exhibir la Bandera de España en la Semana de la
Hispanidad -ya son ganas de provocar- culmina con la perversa entrega gratuita
de banderas, que ya es superar los límites de la provocación. Y como
consecuencia de ello, se suceden sendos tuits de los portavoces municipales de
la progresía local. Uno es de Juan Carlos Pérez Navas (PSOE), y dice: “4.500 euros se gasta el alcalde en banderas
de España. ¿Es esta su prioridad con las necesidades que hay en #Almería? Le
sobrepasa el cargo”. Muy bien, Juan Carlos. ¿Y a Pedro Sánchez qué le sobrepasó
para presentarse como adalid del nuevo socialismo ante una inmensa bandera de
España? ¿Era una despreciable performance? ¿También lo criticaste?
En cuestión de prioridades se pueden relacionar algunas como la que para un Ayuntamiento del PSOE-IUCA supuso regalar condones en la Plaza del Educador
En cuestión de prioridades se pueden
relacionar algunas como la que para un Ayuntamiento del PSOE-IUCA supuso regalar
condones en la Plaza del Educador o poner en marcha en el CAMA el inolvidable Museo
del Condón y gastarse un buen dinero en la aún inexplicable Fiesta de Haba (pronunciado “jaba”); que todavía espero alguien me explique la génesis de este
evento tan arraigado en la cultura y tradiciones almerienses. Para aquel Ayuntamiento de las “libertades democráticas” era más prioritario prohibir el
Belén municipal, exhibir una apestosa Cabalgata de Reyes Magos… sin entrar en
la profunda ruina económica que no daba ni para pagar los sueldos de los
funcionarios.
Peor es, a mi criterio, el
despacho tuitero del portavoz de IUCA. Dice Rafael Estéban: “Sr. alcalde, si quiere repartir banderas las
paga Vd. o su partido y las reparte en su sede. Este problema no se soluciona
desde las emoción”. En estas pocas palabras se destila mayor mezquindad,
pues el alcalde no reparte banderas, las reparte el Ayuntamiento de Almería
como una invitación a la celebración del Día de España, festividad de alto
rango e igual respeto que merece la Feria (reparto de abanicos) o la Navidad
(reparto de pascueros). Además, la Bandera de España se entrega a los
ciudadanos que la reclaman con su presencia y voluntad, y no es merchandising de
campaña electoral o propaganda partidista: es la Bandera de España que se
reparte para engalanar esta gran Fiesta Nacional. Ya está bien de asignar a
nuestra bandera reaccionarios estigmas de facha, la derecha, la Falange…
Algunos pueden tener en su sede la bandera de la Segunda República, cuyos deleznables gobernantes no supieron reprimir un golpe que dirimió en la Guerra Civil
Algunos pueden tener en su sede la bandera de la Segunda República, cuyos
deleznables gobernantes -que estaban en sus cosas- no supieron reprimir un
golpe que dirimió en la Guerra Civil que aún despierta fantasmas y alimenta
absurdas rivalidades revanchistas. Respecto de “la emoción”, por supuesto que sí
soluciona conflictos, problemas y aferra convicciones. Les diré que a mí sí me
emociona el Himno Nacional y la Bandera de España; porque la emoción es un
sentimiento exclusivamente racional que, cuando aflora en la grandeza, logra
orillar las peores vilezas que atormentan a los corazones resentidos; los
propios, y los del sectario entorno que les rodea.
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