Juan
Torrijos
Periodista
El tema catalán, si de algo ha servido en estos
días, es para despertar un interés dormido entre los ciudadanos de este país
por la nación española y su bandera. Cosa a la que casi todos nos hemos
apuntado, con más o menos entusiasmo. Hasta ahora la bandera sólo nos servía
para lucirla cuando jugaba la selección nacional de fútbol, a la que algunos
llaman la roja. El intento de secesión de algunos iluminados catalanes le ha
dado a la bandera de España el otro significado, el de que representa la unidad
social y política de todos los españoles y por ende de la nación.
La cuestión de fondo es si un Ayuntamiento, en este caso el de la capital y presidido por un alcalde del Partido Popular, debe pagar y regalar con dinero público banderas de España a los vecinos
¿Deben poner
los almerienses la bandera de España en sus balcones? El que quiera que lo
haga, es muy libre de hacerlo, y por no hacerlo no dejará de ser más o menos
español. Y ahora a la polémica política entre el PP y el PSOE de Almería, con
crítica de Pérez Navas. La cuestión de fondo es si un Ayuntamiento, en este
caso el de la capital y presidido por un alcalde del Partido Popular, debe
pagar y regalar con dinero público banderas de España a los vecinos. Dicen que
fueron mil, y si fueron dos mil almerienses los que se acercaron a por su
bandera ¿qué hizo el ayuntamiento con el resto, qué les ofreció?
El almeriense que quiera poner una bandera roja y gualda en su balcón, porque siente la necesidad de decir que es y se siente español que se la compre, que se gaste el precio de dos cervezas y que la cuelgue con orgullo
A algunos les
parecerá oportuno el regalo de la bandera, otros no verán esa oportunidad.
No creo que sea competencia de los ayuntamientos regalar banderas, que unos
pueden o podemos ver bien, y que otros están en su derecho de no hacerlo y
criticarlo. El dinero es de todos los ciudadanos, no de unos señores que mandan
en el Ayuntamiento. El almeriense que quiera poner una bandera roja y gualda en
su balcón, porque siente la necesidad de decir que es y se siente español que
se la compre, que la sienta como suya, que se gaste el precio de dos cervezas y
que la cuelgue con orgullo en su balcón. Y para ello no creo que tenga que
esperar a que su ayuntamiento le regale la bandera de su país.
Es muy patriótico y emotivo que el Ayuntamiento regale banderas de España, y más en estos días ante la secesión llevada a cabo por los catalanes, pero estamos ante el gran problema de las administraciones, se hacen responsables de unas competencias que no les pertenecen y se gastan el dinero de los ciudadanos en sus intereses políticos más cercanos. Por cierto, no se hace uno más español porque cuelgue la bandera en su balcón.
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