Juan Torrijos
Periodista
Les contaba hace unas semanas por esta
misma sección que el señor Torrecillas, con el apoyo de Adela Segura, se nos
convertiría en el Ayuntamiento en otro Añez. Y así ha sido. Ahí lo tienen,
acaparando todo el poder para él y su socio Campoy. Dos súper políticos al
frente de Albox. Recuerdan a la Diputación, pues el entonces presidente, señor
Añez, hizo lo mismo que Torrecillasman, se quedó solo y no le importó, se hizo
cargo con un par de diputados de todas las áreas y a remar. ¿A dónde llegó?
Evidentemente al olvido político, no se podía esperar otra cosa.
Torrecillasman está haciendo lo mismo que hizo Añez en Diputación y con el apoyo de un solo edil piensa sacar adelante todo el trabajo
Torrecillasman
está haciendo lo mismo en el ayuntamiento de Albox. Con el apoyo de un solo
edil piensa sacar adelante todo el trabajo. ¿Lo logrará? Estoy convencido de
que sí. ¿Y por qué? Sencillo, el trabajo lo hacen los funcionarios, el alcalde
y los ediles se rascan, lo que puedan, por lo que Torrecillasman y su socio
súper-Campoy serán capaces, ya lo verán, de sacar adelante el trabajo
municipal.
Y eso nos lleva a una dolorosa conclusión: Los ediles de todos y
cada uno de los más de cien Ayuntamientos de Almería le están tomando el pelo a
los ciudadanos. Si como estoy seguro, ya lo demostró el señor Añez en
Diputación, un par de personas sacan adelante un Ayuntamiento, ¿para qué
necesitamos tantos concejales cobrando sueldos?
La cara política de estos personajes nos demuestra el peligro que tienen las posturas políticas equivocadas de los partidos, empezando en este caso por un PSOE que no estuvo a la altura en Albox
La cara política de estos
personajes -Añez, Torrecillas, Campoy y algunos otros que han estado en la
misma situación- nos demuestra el peligro que tienen las posturas políticas
equivocadas de los partidos, empezando en este caso por un PSOE que no estuvo a
la altura en Albox desde el inicio de la actual corporación, dejando finalmente
el Ayuntamiento en manos de una persona que ha demostrado estar más preocupada por su interés particular que por el de los albojenses. Y no me vengan con la
historia de que no conocían el proceder y la historia del señor Torrecillas.
No
es de justicia que los errores de los políticos los tengan que pagar los
vecinos, y encima que esos políticos no sean capaces, ni siquiera, de pedir
disculpas. Los plenos de Albox, por lo que nos cuenta el compañero Guillermo
Mirón en sus crónicas, son casi de esperpento, y no es para menos. Tuvimos un
Añezman en Diputación y ya saben cómo acabó el hombre. Ahora Albox tiene su
Torrecillasman, y no le auguramos un final político demasiado feliz.
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