Félix
de la Fuente Pascual
No
todo el mundo estará de acuerdo con esta afirmación general. Pero, cuidado, no me estoy refiriendo a ese
afán de anexión de todos los nacionalismos (el Anschluss alemán), ni tampoco a
ese complejo imperialista que se refleja en las palabras “Los países
catalanes”, nombre que lleva la plaza de la Estación de Sants en
Barcelona. Quiero decir que los
catalanes no son/somos diferentes de los demás españoles, como tampoco los
españoles somos diferentes de los portugueses o franceses.
Querer culpar por tanto a los catalanes de lo que está ocurriendo en Cataluña o querer relacionarlo con su forma de ser sería una irresponsabilidad mayúscula
Naturalmente que en
pequeñas cosas todos somos diferentes unos de otros. En eso consiste nuestra
personalidad. No hay dos personas iguales. Spain ist diferent o frases similares
que encontramos en otros idiomas son pura perogrullada. Ante una cosa rara,
los alemanes dicen “me suena a español” o “pueblos españoles”. Querer culpar por tanto a los catalanes de lo
que está ocurriendo en Cataluña o querer relacionarlo con su forma de ser sería una irresponsabilidad mayúscula, además de una injusticia.
No
es el momento de que los individuos hagamos ahora de jueces. No obstante, hay
que reconocer que aquí todos somos más o menos culpables. Empezando por arriba,
es culpable la UE por no haber aplicado debidamente el principio de subsidiaridad,
fomentando así los nacionalismos de Estado y permitiendo desigualdades en
España, algo que va contra los tratados de la UE. Nacionalismos de Estado y
nacionalismos regionales son la misma enfermedad. Son culpables los padres de
la Constitución Española al haber tolerado privilegios y desigualdades
regionales en España. Donde no hay igualdad no hay democracia.
Los derechos de la familia en cuanto a la educación de los hijos están por encima de los derechos de los gobiernos
Son responsables
los diversos gobiernos nacionales, al haber otorgado privilegios al nacionalismo
a cambio de votos y por haber hecho la vista gorda a los problemas de la
enseñanza en Cataluña. Los derechos de la familia en cuanto a la educación de
los hijos están por encima de los derechos de los gobiernos. Si la disposición
transitoria cuarta -qué sarcasmo, una
disposición transitoria que lleva cuarenta años en vigor- de la Ley orgánica
4/1979 no se hubiera aprobado por el Congreso de los Diputados no estaríamos
en minoría en el Parlamento catalán, a pesar de tener mayoría de votos.
Sois
responsables también los demás españoles. Los políticos son representantes
vuestros y en vuestro nombre han estado consintiendo que se pisotearan los
derechos de muchos padres y niños y permitiendo una discriminación en cuanto al
valor del voto. Durante muchos años nos habéis metido a todos los catalanes en
el mismo saco. Para vosotros, no hemos existido los constitucionalistas. Y
somos culpables también los catalanes por haber elegido a unos representantes
tan estrambóticos. Aunque la mayor responsabilidad de todos la tienen
evidentemente los políticos que han querido separarnos de España.
Es hora de olvidar y de preparar las próximas elecciones autonómicas, para que sean las elecciones de la reconciliación de los catalanes con los demás españoles y de los catalanes entre sí
Es hora de olvidar y de preparar las próximas
elecciones autonómicas, para que sean las elecciones de la reconciliación de
los catalanes con los demás españoles y de los catalanes entre sí. No podemos,
por tanto, cometer los mismos errores que se han venido cometiendo hasta ahora. No
debe haber vencedores ni vencidos, cualquiera que sea el resultado. Las
democracias se caracterizan por el respeto a las minorías. Cualquiera que sea
el resultado, todos debemos someternos a las leyes vigentes -o cambiarlas- y
respetar los principios de convivencia.
El problema de Cataluña es un problema
de España, un problema que juntos tenemos que resolver, porque Cataluña somos
todos.
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