Antonio Torres
Director de Canal Sur en Almería
El Ateneo de Madrid ha clausurado el ciclo Centenario Carmen de Burgos con la mesa redonda Carmen de Burgos Colombine. Miradas almerienses. El artífice de que el Ateneo se asomara a la vida de la universal Colombine es fruto del trabajo de un equipo, encabezado por el investigador José González Núñez. El acto fue presentado por Daniel Pacheco y moderado por la exdirectora de Radio Clásica de RNE Ana Vega Toscano, con la participación de José Siles, Javier López Iglesias, Domingo Leiva y su recorrido por los escenarios de la precursora del feminismo, el investigador y escritor José González Núñez, coordinador del ciclo, y por este periodista.
José González, Antonio Torres y Ana Vega |
El Ateneo ha recordado con diversos actos el 150 aniversario del nacimiento de la periodista y escritora Carmen de Burgos y Seguí Colombine, quien fuera la tercera mujer en ingresar en el Ateneo, el 10 de marzo de 1905, junto a Blanca de los Ríos. Además se ha organizada una exposición representativa en la que se han exhibido las cubiertas digitalizadas de sus libros de los fondos de la Biblioteca del Ateneo.
El salón de actos se quedó pequeño y, según los organizadores, fue la jornada con más público. La intervención de quien firma este artículo comenzó dando las gracias a los organizadores y haciendo un repaso por los almerienses que han pasado por el Ateneo. Y cité a una decena desde los primeros, la familia de periodistas y escritores Naveros, entroncados familiarmente, hasta la investigadora de la Universidad de Almería Anyes Segura. Cualquier resumen, por definición, es injusto. El agua es un antónimo de Almería. Quizás por eso, la lluvia tiene que ser aquí más que torrencial, constante, para que, aunque delgada, al final acabe calando hasta los huesos, decía Carmen de Burgos. Colombine y Federico García Lorca tienen muchas cosas en común. Ambos no aparecieron citados en la prensa de sus respectivas provincias hasta el umbral de la Transición. La idea era que sus obras desaparecieran.
La impagable y la que más tesón atesora sobre Colombine, Concha Núñez, colaboradora de los periodistas almerienses por muchos aspectos, afirma que en Puñal de Claveles nos quedamos al borde mismo de la tragedia. Sobre los personajes quiero subrayar el papel del juez de Sorbas Ambrosio López Jiménez, natural de Garrucha, que redactó el periodo de instrucción y la decisión de ingresar en prisión a José Pérez, el hermano de Casimiro, con un léxico sencillo, accesible, sin utilizar tecnicismos y con un respeto extraordinario por todos los personajes que luego aparecerán en la obra Puñal de Claveles.
Igual ocurre con las crónicas del enviado especial a Nijar, julio de 1928, de Diario de Almería José Plaza Martínez. De ambos queremos aprender y, reitero, son un ejemplo y que merecen releerse los trabajos del juez y del periodista. En el Sur, el compromiso de boda se realizaba de forma voluntaria o mediante un matrimonio concertado. El primo de la novia Francisco Montes Cañadas, asesinado por José Pérez, pertenecía a una familia de posición agrícola solvente, junto a sus hermanos trabajaba en el campo.
Uno de sus herederos, José Antonio Montes Asensio, nos ha mostrado la manta que llevó a la boda Francisco Montes el día que le mataron de tres disparos cuando le acompañaba Francisca en su mula de color pardo. Tuve el privilegio de ser el único periodista presente en el entierro de Francisca Cañadas, noticia que se publicó en El País, y días después en todos los medios. Cristóbal Manuel Sánchez, y este autor tuvimos la oportunidad de dialogar y fotografiar a los protagonistas reales.
Emulamos al fotógrafo Ricardo Martín Morales y al reportero Antonio Ramos Espejo que en 1974 viajaron y fotografiaron a Paca la Coja y a Casimiro, los personajes reales del Crimen de Níjar que daría paso a Puñal de claveles y Bodas de sangre. Planteé en el Ateneo el orgullo de periodista almeriense de estar en una institución que pisó Carmen de Burgos y en la reflexión de que las personas, los escenarios, el esparto, de aquel crimen han dado paso a una tierra de acogida y de un desarrollo de invernaderos y turismo imparable con la joya del Cabo de Gata. Níjar ya no es la obra que retrató magníficamente el añorado Juan Goytisolo, aunque siempre queda camino para la mejora en todos los ámbitos laborales y de bienestar.
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