Juan Torrijos
Periodista
Ramón Sedeño, vamos a
estudiar cómo pagamos la deudas del club. Y ahí empieza el lío. Lo primero que
se me ocurre: ¿Por qué tiene que pagar la Diputación las deudas de un club
deportivo que encima lleva el nombre de una entidad ahorradora? A partir de ese
momento se pone en marcha una movida de la que se van a beneficiar unos y otros
y que les va costar a los ciudadanos de los pequeños pueblos de Almería más de
setecientos mil euros. Diputación organizó a partir de ese momento, ya nos
dirán la justicia qué mimbres fueron, con la operación facturas falsas un
expolio del que se han beneficiado club, empresas y funcionarios. Una operación
económica bien montada, no creo que haya sido la primera en la historia, a
través de la que se conseguían unos dineros con los que pagar favores a amigos,
empresas, colegas o compañeros de partido.
Aquí son facturas falsas, allí EREs fraudulentos, pero al final se buscaba el mismo interés: repartirse entre unos pocos amigos y colegas el dinero de todos los ciudadanos
Con todas las diferencias que
ustedes quieran, empezando por el montante expoliado, pero muy parecido a lo
que hizo la Junta en Sevilla con el dinero público que fue dedicado a los EREs.
Aquí son facturas falsas, allí EREs fraudulentos, pero al final se buscaba el
mismo interés: repartirse entre unos pocos amigos y colegas el dinero de todos
los ciudadanos.
Conozco a Luis Pérez y estoy seguro de que a él no le ha llegado ni un euro de las facturas falsas, pero no puede alegar que no conocía la movida de las facturas, al igual que hacen los presidentes y altos cargos de la Junta con los EREs
Nos dirán que Luis Pérez Montoya no se ha beneficiado, y es posible que sea
así. Es más, conozco a Luis y estoy seguro de que a él no le ha llegado ni un
euro de las facturas falsas, pero no puede alegar que no conocía la movida de
las facturas, al igual que hacen los presidentes y altos cargos de la Junta con
los EREs. No se tendrían que haber descubierto el delito de los expolios
llevados a cabo, pero una vez que mete la mano la justicia en el cesto,
esperemos que limpie toda la porquería que se ha acumulado. Se creían que
podían hacer lo que les daba la gana, que el cortijo político era de ellos, que
podían sacar y meter facturas en los cajones para cubrir sus juegos de
presupuestos ¿te acuerdas Ramón?, pero alguna vez se les tendría que descubrir
y de lógica es que paguen por ello.
¿Este es el único caso de facturas falsas en nuestras administraciones públicas? Es el único descubierto hasta ahora, pero si los políticos hablaran, si tuvieran vergüenza torera y nos contaran lo por ellos vividos, sorpresas nos llevaríamos. Nos quedaremos con las ganas. Mientras, a esperar más duelos y quebrantos en el caso facturas.
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