Antonio Felipe Rubio
Periodista
En la última sesión
plenaria, el portavoz del Grupo Socialista, Pérez Navas, presentó una moción
para exigir a Adif una modificación del proyecto de soterramiento y eliminación
del paso a nivel de El Puche. Esta iniciativa, que no deja de ser una
encomienda de la Mesa del Tren, encontró eco político y resonancia mediática al
contar con el apoyo unánime de toda la oposición y el solitario voto negativo
del Partido Popular. Es el típico ejercicio de obligar a “retratarse” a un grupo
político que tiene la obligación de hacer las cosas con mesura, frente a las
desmesuradas propuestas que desatienden costes económicos adicionales y
modificaciones o replanteos que obligan a nuevos retrasos. Siempre que se
proponga algo mejor en apariencia nadie vería inconveniente, salvo que se
analice en profundidad lo que podría resultar un desatino. Evidentemente, nadie
rechazaría que, mientras le hacen la obra en su casa, el constructor le
facilite a la familia la estancia gratuita y pensión completa en un cinco
estrellas a elegir; eso sí, sin coste alguno para nadie (¿…?).
Supongo que los grupos que se aprestaron a apoyar la encomienda de la Mesa del Ferrocarril no habrán profundizado en los aspectos técnicos para dirimir la conveniencia del pretendido bypass
Supongo que los grupos que
se aprestaron a apoyar la encomienda de la Mesa del Ferrocarril no habrán
profundizado en los aspectos técnicos para dirimir la conveniencia del pretendido
bypass. Me inclino por otro aspecto más simple. La propuesta viene de la Mesa
del Tren que aglutina a varios foros y asociaciones a las que ya hemos prestado
nuestro indisimulado apoyo, hemos realizado varias “romerías” ferroviarias y
misiones conjuntas… Por tanto, qué necesidad tenemos de enemistarnos con este
grupo que tiene cierto predicamento social. Además, llevarles la contraria nos
supondría tener unos activistas sociales cabreados por un voto desaprobatorio
de sus ocurrencias. Incluso, lo que se pide en el Pleno -aunque puede
perjudicar en costes y retrasos- siempre será bien visto por la gente poco
informada como una presunta mejora de la que somos partícipes benefactores… así
que, se vota a favor y quedamos como un San Luis.
En el Ayuntamiento de
Almería, a la vista de las circunstancias actuales, tendría sentido aquel
cartel de algunos bares: “Hoy hace un día estupendo, ya verás como viene
alguien y lo jode”. Y es que para una vez que se ponen de acuerdo Adif
(Gobierno central), Junta de Andalucía y Ayuntamiento para eliminar lo antes
posible el peligroso y anacrónico paso a nivel de El Puche, cinco minutos antes
de la licitación publicada en el BOE se alinean las fuerzas de la avería social
para pedir modificaciones del proyecto, un bypass… y oscuras sombras de
sospecha sobre la continuidad de la actual estación de tren que nos
“proporciona la capitalidad (sic)”.
En el fondo, parece que hay quienes no soportan que definitivamente se vaya a solucionar lo que lleva tantos años tentando la suerte y atentando contra la seguridad de miles de ciudadanos que frecuentan ese maldito paso a nivel
En el fondo, parece que hay
quienes no soportan que definitivamente se vaya a solucionar lo que lleva
tantos años tentando la suerte y atentando contra la seguridad de miles de
ciudadanos que frecuentan ese maldito paso a nivel. Esto es como la gata Flora
(si se la meten, chilla; si le sacan, llora). Ahora, cuando llega la inversión
de 30 millones de euros y la inmediata ejecución de las obras, nos afanamos en
sembrar dudas sobre la provisionalidad del traslado de la estación a Huércal de
Almería, la solución más eficaz para terminar cuanto antes y sin más complicaciones.
Recuérdese, no sin estupefacción, que Pérez Navas fue autor de la peor ejecución de obras que conoce la reciente historia de Almería: el parking subterráneo de Obispo Orberá
En cualquier caso, no dudo
de los conocimientos ferroviarios de la Mesa del Tren. Lo que me asombra es el
desparpajo del portavoz socialista, Pérez Navas, ilustrando y arguyendo con
pretendida certeza motivos y razones técnicas y económicas sobre el proyecto
constructivo. Recuérdese, no sin estupefacción, que el citado edil fue autor de
la peor ejecución de obras que conoce la reciente historia de Almería: el
parking subterráneo de Obispo Orberá. Indeleble currículo para quien ahora
pretende enmendar la plana a Adif y a todo el equipo técnico del Ministerio de
Fomento. Ya saben aquello del profesor “Ciruela”, que no sabía escribir y puso
escuela.
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