Emilio Ruiz
En el corto espacio de unos meses el PSOE ha renovado toda su estructura organizativa. No es un capricho ni una ocurrencia, es el cumplimiento de una exigencia estatutaria propia de un partido democrático. Empezó por la secretaría general, con los resultados conocidos: se presentaron tres candidatos, Pedro Sánchez, Susana Díaz e Iñaki López, y se impuso el primero. Se conformó después la Comisión Ejecutiva Federal y se dio vía libre al secretario general para que conformara su equipo. ¿Todo normal, no? Yo creo que sí.
Fernando Martínez y su equipo |
A continuación se realizó el mismo proceso en las federaciones de nacionalidad o región. Entre los candidatos y candidaturas las había de todos los perfiles. En unos lugares ganaron los que simpatizaron con Sánchez, en otros los que simpatizaron con Díaz y en otros los que no estaban alineados. ¿Todo normal, no? Yo creo que sí. En Andalucía se impuso Susana Díaz sin que nadie mostrara interés o se viera con fuerzas para presentar alternativa.
Posteriormente se renovaron las federaciones provinciales. En cada provincia de Andalucía se presentaron candidaturas de todos los gustos: de quienes se veían próximos a Sánchez, de quienes simpatizaban con Díaz y también de quienes no querían encorsetamientos. En las ocho ganaron los afines a la secretaria general andaluza. En Almería las primarias y el congreso los ganó José Luis Sánchez Teruel (susanista) frente a Antonio López Olmo (pedrista) y Juan Carlos Pérez Navas (afín también a Susana Díaz). ¿Todo normal, no? Yo creo que sí.
El último paso de renovación ha sido a nivel municipal. Aquí, la variedad es tan amplia como municipios hay. En unos se han impuesto candidaturas que simpatizan con la línea del partido en Andalucía, en otros, quienes ven más adecuada la línea de actuación del Federal, y en otros, la mayoría, quienes valoran estrictamente aspectos locales. En la capital se presentaron dos candidaturas, la respaldada por Fernando Martínez, miembro de la Comisión Ejecutiva Federal, y la respaldada por Juan Carlos Pérez Navas, portavoz municipal que se supone que contaba con el apoyo de los militantes de la capital que en el congreso provincial apostaron por Sánchez Teruel. Fue reelegido Fernando Martínez por una ajustada victoria: 299 votos frente a 280. Podría haber sido a la inversa, pero no, fue así. ¿Hay algo de anormal? Yo creo que no.
¿Entonces? Entonces lo que sorprende es la pobre reacción de cierta prensa a un movimiento tan pulcro democráticamente como éste. “Un PSOE fracturado por la mitad reelige a Fernando Martínez”, dice Noticias de Almería’ ¿Fracturado? “Pedro Sánchez se anota una victoria clave en Andalucía”, dice El Confidencial. ¿Clave, por qué? “Susana Díaz tiene en la capital su ‘mosca cojonera’”, dice Juan Torrijos. ¿Mosca cojonera Fernando Martínez? “Los sanchistas ganan por 19 votos y el PSOE de la capital se rompe”, titula La Voz de Almería. ¿Y si hubieran ganado los susanistas no se rompe? ¿O se rompía en cualquier caso? Válgame Dios. Lo de Jose Fernández, portavoz de la oposición a la oposición municipal es estrambótico: “Abrir en canal un partido como ofrenda a la transparencia política viene a ser lo más perecido a la tradicional celebración de la matanza: incluso con el gorrino ya limpiado y colgando de un gancho siguen saliendo piezas y material para hacer pinchos y embutidos”. Joder, pues menos mal que en ninguno de los casos han sido elecciones a la búlgara. ¿Sabéis, amigos periodistas, cómo se llama esto que tanto os sorprende? Democracia, simplemente.
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