José-Tomás
Cruz Varela
Mire, don Mariano, la ciudadanía o gran parte de ella se encuentra muy
descontenta con su forma de actuar. Muchos de su dirigentes, comenzado por
usted mismo, lo único que comunican es pesimismo e indolencia. Afiliados,
votantes y simpatizantes consideran un cambio de Gobierno como algo
imprescindible e igualmente con la dirección del partido, empezando por la
multiusos secretaria general Dolores Cospedal García. Usted pone cara de
circunstancia pero se niega a apear de sus cargos a ninguno de sus fieles,
obviando si su gestión es más o menos acertada o prácticamente inútil. Es curioso que sea el
propio jefe del Ejecutivo quien se adelante y coloque el parche en el
ojo manifestando que “el Gobierno lo está haciendo bien aunque ignora como
comunicarlo”, reconociendo incluso el estar alejándose de la gente.
Nos encontramos con un Gobierno sin política y un partido sin Gobierno, carente de iniciativa legislativa, sin reformas e incluso a este paso hasta sin presupuestos
El PP conserva el Gobierno
milagrosamente apoyado en una minoría parlamentaria y siguiendo la doctrina
arriolana consistente en no hacer nada. Nos encontramos con un Gobierno sin
política y un partido sin Gobierno, carente de iniciativa legislativa, sin reformas e incluso a este paso hasta sin presupuestos. Los ministros rehúyen la
confrontación política para que todo siga igual y nada cambie, a tenor con la
consigna recibida e incluso manteniendo es sus puestos a personajes como por
ejemplo el portavoz parlamentario. Sr. Hernando, cuyas apariciones y
comunicaciones a trompicones son un auténtico dolor.
En política el tiempo vuela y en
menos de un año habrá que celebrar elecciones autonómicas, municipales y
europeas, con la consiguiente amargura de los populares comprobando como se les
escapan sus votantes. Según los sondeos, de cada cuatro votantes que incorpora
Ciudadanos, 2,5 proceden del PP. Los resultados en los citados comicios
decidirán quien triunfa en las elecciones generales del 2019, y en el PP son conscientes de que sin mayoría absoluta perderán el Gobierno de la nación. El pesimismo popular no para de crecer y
cada día que pasa consideran más necesario los citados cambios tanto en el
Gobierno como en la dirección del partido. Los desastrosos resultados obtenidos
en las autonómicas catalanas ha supuesto un merecido golpe para el PP, asestado
en parte por el éxito cosechado por Ciudadanos tras la magnífica campaña
desplegada por Inés Arrimadas.
El 2018 será muy complejo para los populares motivados por los juicios de Púnica y Gurtel. No olvidemos que cuando la porquería se revuelve, salpica y huele mal
Los hay que todavía creen que
Rajoy procederá a efectuar los mencionados cambios en el último
momento, aunque con la presunta permuta, poco o nada conseguirá. El 2018 será
muy complejo para los populares motivados por los juicios de "Púnica"
y "Gurtel". No olvidemos que cuando la porquería se revuelve, salpica
y huele mal. El presidente tiene dos grandes problemas que a estas alturas ya
no tienen solución posible. El primero y principal, la corrupción con todas sus
ramificaciones, y en segundo lugar, presuntamente, el haberla consentido. Puede
repetir y negar ante el Parlamento el no tener nada que ver con tal lacra
aunque nadie le creerá, y a su favor, que los dos líderes de la oposición,
Sánchez (PSOE) e Iglesias (Podemos), nunca han demostrado la talla intelectual
y política suficiente para desplazarlo.
Tratamiento aparte merece
Ciudadanos tras las elecciones del 21-D. La impronta marcada por Arrimadas tras
su sonada victoria en los comicios autonómicos les está permitiendo ejercer
una presión sobre el PP cuyas consecuencias ya comienzan a notarse. El nivel de
desconcierto no para de crecer entre los mandos intermedios.
A la acaparadora Cospedal García nunca debió permitírsele compatibilizar el cargo de secretaria general con ser ministra y presidenta del PP de Castilla-La Mancha
Por mucha confianza que le
inspire a Rajoy la acaparadora Cospedal García, como ministra
y presidenta del PP de Castilla-La Mancha, nunca debió permitírsele
compatibilizar dichos cargos con el de secretaria general del partido, decisión
que en su momento ya fue muy criticada, con la única intención de tener muy
controlado dicho órgano de vital importancia para que no cree problemas.
Comportamiento que no le impedirá frenar el empuje de Ciudadanos, dado que
limitándose una vez más a recabar la confianza de los suyos ya está muy gastado
y resulta insuficiente.
Rajoy tiene que remover su formación promocionando a sus mejores líderes, tal como Alberto Núñez Feijoo, Alfonso Alonso o Pablo Casado, prescindiendo de otros como Rafael Hernando y algún ministro
No tardaremos mucho en
ver como las encuestas comienzan a machacar a los populares propiciado por la
descomposición del propio partido. Albert Rivera representa la renovación del
centro, tratando de atraer hacia Ciudadanos a cargos medios populares
para reforzar y afianzar los puntos débiles de su partido, incluyendo a un
varón ex presidente de una Comunidad. Rajoy tiene que remover su formación
promocionando a sus mejores líderes, tal como es el caso de Alberto Núñez
Feijoo, Alfonso Alonso, Pablo Casado, etc. etc., y a su vez, prescindiendo de
otros como el ya citado portavoz parlamentario Rafael Hernando y algún ministro.
Basarlo todo en la susodicha confianza será un tremendo error y todo ello
teniendo en cuenta que el año próximo se celebrarán elecciones autonómicas y
municipales, unido a que previamente se logre la aprobación de
los presupuestos generales del Estado, algo que se presenta sumamente
complejo, toda vez que de lo contrario se vería en la necesidad de convocar
unas generales que no quiere ver ni en pintura.
La cruda realidad es que Rajoy
debe romper con su letargo e intentar reencontrarse con sus votantes, que
actualmente navegan a la deriva, totalmente desconcertados y escépticos. 2018
se presenta plagado de dificultades con la reaparición de la corrupción, Púnica,
Gurtel, etc. Todos hemos observado como Rajoy no ha vuelto a repetir la sandez
de hacer gala sobre su fuerza y magnífico estado físico pensando en presentarse
a una tercera legislatura, cuando quizá lo más apropiado y por el bien del
país sería optar por la dimisión. Prométanos al menos que lo meditará
seriamente...¡Tiempo al tiempo!
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