Félix
de la Fuente Pascual
Queda mucho camino por recorrer hasta que se llegue a una equiparación real en la vida social y económica de la mujer y del hombre. Conviene que lo recordemos porque hay muchos intereses creados y mucho fariseísmo en este campo. Creo que estamos dando palos a ciegas. Los sindicatos se han puesto al frente de la huelga del día de ayer. ¿Alguien me puede decir cuántas mujeres han sido secretarias generales de los principales sindicatos? Comisiones Obreras: cinco secretarios generales en toda su historia, cinco hombres y cero mujeres. UGT: diez secretarios generales y diez presidentes en toda su historia, veinte hombres y cero mujeres. Y entre los partidos políticos, muy defensores, eso sí, de la igualdad de géneros, ¿qué sucede? ¿Hay alguna mujer en la presidencia del PP, del PSOE, de Podemos, de Izquierda Unida o de Ciudadanos? ¿Ha habido alguna vez una jefa de gobierno en España? Podíamos seguir con las autonomías, donde alguna excepción confirma la guerra. También el Papa ha salido en defensa de la igualdad de géneros. Pero, ¿qué pasa en la Iglesia Católica? ¿No sería más lógico y más acertado que todas estas organizaciones y personas se quedaran calladitas y empezaran a hacer realidad la igualdad de géneros?
Hay otro campo de gran actualidad y de mucha urgencia en estos momentos: las pensiones. Y aquí se apuntan también los partidos políticos. ¿Alguien se cree que los partidos tienen realmente interés en solucionar este problema? Todos pujan por prometer la mayor subida salarial sin saber de dónde va a salir el dinero, en lugar de hacer un estudio serio y buscar una solución conjunta. ¿No habéis visto con qué rapidez se han puesto de acuerdo PSOE, Ciudadanos y Podemos para que el Estado -es decir los ciudadanos- les paguemos los gastos de unas elecciones primarias dentro de sus partidos? ¿Se han parado a pensar alguna vez los partidos que con el dinero que ellos despilfarran habría suficiente para que los jubilados no perdieran poder adquisitivo?
Mientras las mujeres no defiendan unidas sus derechos, sin la protección ni la intromisión de los partidos políticos, la mujer seguirá estando discriminada. Mientras los jubilados no constituyan una gran plataforma en defensa de sus derechos ya adquiridos, derechos que no tienen por qué depender de las cotizaciones de los trabajadores actuales, su poder adquisitivo se irá reduciendo cada vez más. Los jubilados verán reducida su pensión si no se toman medidas drásticas, pero los futuros pensionistas –y esto afecta a todos- puede que no tengan ni pensión por no haber podido cotizar.
Quizás haya que pensar en solucionar conjuntamente estos dos problemas. Las mujeres y los jubilados tienen todavía mucho que decir en política, aunque por otros cauces distintos de los partidos políticos. “Plataformas de los despojados de sus pensiones”, “plataformas de mujeres”. Quizás se debería recordar la obra de Aristófanes: “Las asambleístas”, que yo recomiendo. Las mujeres resolvieron el problema de la guerra. Se negaron a tener relaciones sexuales con sus esposos hasta que los hombres abandonaran las armas.
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