Francisco Torrecillas, alcalde de Albox: Ordeno y mando


Juan Romero
Profesor

Después de ver el pleno de Albox del pasado jueves en televisión puedo entender lo que sintieron esos concejales perfectamente, como todos los que alguna vez hemos trabajado a su lado. En la misma línea de acoso y derribo que ha venido siendo habitual en su trayectoria profesional, ahora el alcalde de Albox vuelve a actuar hacia sus excompañeros socialistas. Tras un inicio de pleno aparentemente normal, pulsó el botón. El botón de la crispación. Menosprecios, vejaciones, faltas de respeto, desconsideraciones..., hasta que los concejales socialistas dijeron basta, más concretamente la concejala Sonia Cerdán.

Francisco Torrecillas, alcalde de Albox

Parece que el alcalde propuso nuevamente la aprobación de un punto que ya se había rechazado por los dos partidos mayoritarios en un anterior pleno (cambio de ubicación de una pista polideportiva en el Barrio de las Tejeras). Al ver que iba a perder nuevamente su propuesta echó por el camino de en medio disuadiendo el tema a tratar y centrándose en descalificar a los concejales socialistas (mientras que los populares celebraban el apoyo de éste en su propuesta de volver a la Mancomunidad).
Al seguir con los menosprecios, la concejala Sonia Cerdán le volvió a repetir que mentía nuevamente y que no iba a consentir que siguiera manchando su honor. Al escuchar esto decidió expulsarla del pleno
Nuevamente se dirigió hacia Ángel Pardo y Sonia Cerdán y los tachó de haber cobrado estos años y no haber hecho nada. Algo que los concejales no pudieron aguantar. Ella le dijo que era mentira lo que estaba diciendo, a lo que el alcalde la advirtió de expulsarla del pleno. Al seguir con los menosprecios, la concejala le volvió a repetir que mentía nuevamente y que no iba a consentir que siguiera manchando su honor. Al escuchar esto decidió expulsarla del pleno. El resto de compañeros la acompañaron. Y es aquí donde llega mi sorpresa.

Me informan que, saliendo los concejales socialistas del pleno, tanto la mujer como la hija del alcalde se pusieron en pie increpándoles, llamándolos gandules y sinvergüenzas. Algunos de ellos se defendieron ante estas acusaciones. Una vez abandonaron el pleno, Torrecillas continuó con su sesión de insultos y menosprecios, pero ahora sin réplica. Me ha sorprendido profundamente ver el odio y la rabia con la que habla.

Más tarde, por las redes sociales he podido leer  que a su hija le había dado un ataque de ansiedad. También me cuentan que su hija permaneció en el pleno una hora más hasta que finalizó, sin ningún síntoma de nerviosismo. Qué curioso, por eso me sorprende que “mientras sufría el ataque”, con posterioridad su padre estuviera pendiente de publicarlo en Facebook. Otro episodio mediático al que nos tiene acostumbrados nuestro alcalde.
Como ciudadano tengo la sensación de que necesita estar continuamente en boca de todos, cueste lo que cueste, y como ex-compañero tengo la certeza de que hace lo que sea por escalar y llegar a donde quiere, caiga quien caiga
Como ciudadano tengo la sensación de que necesita estar continuamente en boca de todos, cueste lo que cueste, y como ex-compañero tengo la certeza de que hace lo que sea por escalar y llegar a donde quiere, caiga quien caiga en el camino. Y resulta aún más curioso que Francisco Torrecillas llegó a Albox hace más de 30 años con la intención de ser director vitalicio de un instituto costara lo que costara. Con su modo persuasivo de actuar en la vida llegó a la dirección del centro y más tarde a la alcaldía.

Fíjense si campaba a sus anchas por el instituto que supuestamente obligó a su claustro de profesores a formar parte de su lista, grabó los vídeos de su campaña en el propio centro y orquestó la recogida de firmas para que el pabellón del instituto llevara su nombre. Todo un manipulador. Incluso llamó la atención de toda la comarca que se hiciera un propio aseo en su despacho del centro y que nadie supiera “ni cómo ni de dónde”.

Pero, por si faltaba algo, este año ha cambiado de ubicación el teatro del instituto, siendo un auténtico fracaso a pesar del elevado coste que hemos pagado los albojenses. Resulta llamativo que siempre quiera tener el control de lo que se cuece en el teatro.

Hoy en día, tanto profesores como alumnos pueden respirar tranquilamente en el centro, pero los albojenses estamos sufriendo las consecuencias. El ser humano es esclavo de sus palabras y actos pero el señor Torrecillas siempre lo será de su ordeno y mando.

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